Comercio e inversión
Martes 3 de abril de 2012, p. 25
En 2007 el grupo empresarial indio Jindal firmó un acuerdo con el gobierno de Bolivia para desarrollar la mina El Mutún e invertir 2 mil 100 mdd en una planta de acero esponja. En enero de 2012 anunció una nueva inversión por 600 mdd en el país andino. La petrolera estatal india, Oil and Natural Gas Corp (ONGC), ha adquirido campos petroleros en Brasil, Colombia y Trinidad Tobago, y prevé invertir mil mdd en desarrollarlos.
A medida que los intereses y experiencia de India en América Latina se extienden, también empresas orientadas al consumo se han mudado. En enero de 2012 un grupo de este sector, Godrej, adquirió una participación de 60% en Cosmética Nacional, líder de ese campo en Chile, para consolidar su posición en el cono sur luego de dos adquisiciones en Argentina en 2010.
Colaboración mutua
Los gobiernos de los dos lados han reconocido las oportunidades. India ha firmado una serie de acuerdos de comercio preferencial (ACP) y de promoción de inversiones bilaterales (APIB) con diferentes países en tiempos recientes. Entre ellos está un ACP con el Mercosur, firmado en 2005 y en vigor desde 2009, otro con Chile (firmado en 2006), un APIB con México (2007) y otros con Argentina (2002) y Uruguay (2008).
El premier indio, Manmogan Singh, economista, ha visitado dos veces Brasil en los cinco años pasados, en tanto el ex presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva estuvo tres veces en India durante su mandato (2003-10). Como ejemplo de su compromiso con la región, el gobierno resolvió con rapidez una disputa con firmas de su país que no habían recibido pagos por exportaciones a Cuba, asumiendo la deuda para despejar el camino hacia la expansión comercial.
Impulsada por el crecimiento de su población y el florecimiento de su clase media, India se perfila como un mercado importante para productos latinoamericanos como soya, oleaginosas, aves de corral y bebidas; los vinos chilenos y argentinos están cambiando el gusto de clientes que antes se inclinaban hacia licores más fuertes y cerveza. En sentido opuesto, el trigo indio tiene un gran mercado potencial en AL. La variable producción azucarera de India –en 2009 una mala cosecha puso los precios por las nubes– encuentra un significativo respaldo en el azúcar de Brasil y el Caribe.
India también surge como líder global en medicamentos genéricos. Ha capturado casi 50% del mercado mundial y contempla con interés el comercio sectorial latinoamericano, que representa 60 mil mdd. Varias firmas indias han hecho ya fuertes inversiones en AL: Ranbaxy fue pionera en Brasil en 2000; Dr Reddys Lab adquirió una planta en México por 60 mdd, y Glenmark ha invertido en Argentina y en una instalación en Sao Paulo.
India depende mucho del petróleo extranjero; importa 80% de lo que necesita. Sus importaciones petroleras ascendieron a 94 mil mdd en el periodo abril-noviembre de 2011. Puesto que AL posee 20% de las reservas conocidas del planeta, India seguirá invirtiendo en este sector en Venezuela, Brasil, México, Colombia y Ecuador. Además, la mitad de la electricidad de India es producida con carbón, y se proyecta que sus importaciones de ese combustible se cuadrupliquen de 54 toneladas en 2001 a 223 en 2016, lo que es una oportunidad para Colombia, poseedora de las mayores reservas de carbón en AL.
Tal vez ningún sector esté en mejor posición de atraer inversión india que la tecnología de la información (TI). India es hoy líder mundial reconocido en servicios de TI, con una industria que da empleo directo a 2.5 millones de personas y obtiene ingresos por 88 mil mdd, 6.4% del PIB del país. Con un crecimiento de casi 9.2% en 2011, el mercado latinoamericano de TI es uno de los de crecimiento más rápido en el mundo y cada vez más atractivo para la industria india, que busca diversificarse de los mercados de EU y Europa occidental.
También los recursos humanos de la región son de interés para una industria que necesita cubrir 10 millones de plazas nuevas en los próximos 10 años. Establecer centros en AL, con costos competitivos, provisión de talento y proximidad al mercado de EU (donde la mayoría de las firmas indias obtienen 50-80% de su ingreso) es una obvia elección estratégica. Tata Consultancy Services fue la primera firma en trasladarse en la región, en 2001, al instalar su primera sucursal en Uruguay y expandirse con rapidez hasta formar una unidad de 8 mil empleados con operaciones en 14 países, desde México hasta Chile.
El éxito de esa primera inversión desató otras. Ahora hay más de 25 empresas de TI y subcontratistas de procesos de negocios (outsourcing) en la región, entre ellas Infosys, Wipro, Mahindra Satyam, Genpact y Evalueserve.
Un número creciente de gobiernos y agencias de inversión de la región estimulan estas inversiones. Se calcula que ahora hay 20 mil profesionistas locales empleados en esas empresas, número que podría fácilmente triplicarse en los próximos cinco años.
AL también explora India
Aunque la expansión de India a AL lleva bastante tiempo, aún no se refleja en incursiones semejantes de multilatinas en India. Si bien hay algunos ejemplos de inversiones en India, la tendencia aún no llega a ser una ola. Un fabricante brasileño de autobuses, Marcopolo, tiene una inversión conjunta con Tata Motors de India para producir autobuses en este último país. Otra firma brasileña, Stefanini, ha establecido centros de desarrollo en Hyderabad y Bangalore, y una empresa argentina de energía renovable, IMPSA, ha abierto una oficina en Gurgaon.
Cinépolis de México ha invertido más de 160 mdd en complejos multicinemas en cuatro ciudades indias. Una empresa colombiana, Fanalca, ha ganado un contrato de manejo de residuos en Chennai, y da empleo a más de 2 mil trabajadores indios. Y una firma chilena de envíos, CSAV, opera una oficina en el país asiático. Conforme las multilatinas se van convirtiendo en empresas mundiales, India será sin duda uno de los mercados claves en su lista de expansión.
Desafíos
Persisten desafíos que pueden perjudicar esta tendencia de inversión, entre ellos la distancia y la barrera del idioma. Otro obstáculo es el escaso conocimiento de los mercados fragmentados de cada región y la falta de lazos históricos entre ambas. Por otro lado, si la economía mundial volviera a caer en recesión o las divisas latinoamericanas siguieran apreciándose (el real brasileño ha ganado 6% contra el dólar en este año), las empresas indias podrían rehuir inversiones arriesgadas. Del otro lado de la cerca, economistas latinoamericanos apuntan a las altas barreras arancelarias a los productos agrícolas en India como obstáculo a la expansión comercial.
Existe potencial para enfrentar esos desafíos, gracias al inesperado descubrimiento de la afinidad cultural. Hacia 2030 India y AL tendrán un PIB combinado de 58.3 billones de dólares (19% del PIB global de ese año, contra 9% en 2010), cifra equivalente al PIB global total de 2010. Agréguese una población combinada de 2 mil 100 millones en 2030, cuarta parte del total mundial, y 36% de la clase media del planeta. Parece claro que por estas dos solas razones ambas partes caminan a estrechar mucho más sus vínculos de comercio e inversión a largo plazo. Aun a corto plazo, el gobierno indio estima que el comercio con AL se duplicará a 50 mil mdd hacia 2014 dentro de los nuevos acuerdos comerciales.
Fuente: EIU
Traducción de texto: Jorge Anaya