es insuficiente: Santos
Familiares adaptan vieja consigna: ¡Vivos se los llevaron, y llegaron bien!
Impiden que parientes saluden a liberados “para evitar show mediático”
Martes 3 de abril de 2012, p. 21
Villavicencio, Meta, 2 de abril. Los últimos 10 rehenes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), todos policías y soldados de la fuerza pública de Colombia, fueron liberados este lunes en algún punto del departamento del Meta –cerca de Mapiripán, a orillas del río Guaviare– y entregados después de días de caminata a una comisión de la Cruz Roja Internacional y a la ex senadora Piedad Córdoba, así como a Olga Amparo Sánchez, directiva del colectivo Colombianas y Colombianos por la Paz (CCP).
El grupo entero –y no sólo parte de él, como se anticipaba– abordó un helicóptero Cougar de la fuerza aérea brasileña.
Como si fuera un vuelo suizo y no un azaroso viaje desde la selva hasta el llano, sujeto a todo tipo de imponderables, la nave apareció a las 5:30 de la tarde un poco hacia la derecha de una nube que empezaba a dorarse con el sol poniente. En la sala de espera del aeropuerto Vanguardia de esta pequeña ciudad, los familiares y un centenar de activistas de derechos humanos del país y América Latina se agolpaban en el ventanal: ¡Vivos se los llevaron! ¡Y llegaron bien!
, fue la vieja consigna que se ajustó en este desenlace con final feliz que gritaron decenas de gargantas emocionadas.
Así, el operativo –último para liberar a secuestrados por la guerrilla, pues ya no hay más retenidos– concluía con un giro inesperado. El plan original era entregar a dos grupos en fechas distintas, hoy y el próximo miércoles. De modo que el episodio concluyó antes de tiempo.
Otro giro sorpresivo fue que de la nave descendieron 12 viajeros procedentes de la selva: los 10 liberados y dos mascotas, un pequeño jabalí que acompañaba al sargento José Libardo y un cusuco o armadillo que traía Wilson Rojas.
Como los que hasta ayer eran aún rehenes fueron subidos de inmediato a un avión Hércules para ser trasladados al aeropuerto militar del Catam en Bogotá, el jabalí quedó bajo custodia del gobernador del Meta, Alan Jara, quien hace años también fue secuestrado por las FARC y compartió cautiverio con los liberados.
El éxito del operativo de liberación y los dividendos políticos que sin duda dejó para el colectivo de activistas CCP preocupó al gobierno del presidente Juan Manuel Santos, quien desde hace días es interpelado por la oposición para que asuma que, con el anunciado fin de la práctica de los secuestros por las FARC, la pelota de la negociación política queda ahora en manos del gobierno
, en palabras del senador Iván Cepeda.
Por la noche, el mandatario saludó la liberación de los policías y soldados, pero advirtió que estos gestos, aunque son un paso en la dirección correcta, no son aún suficientes
.
En un mensaje por televisión, respondió así a una carta que las FARC hicieron llegar a través de la ex senadora Córdoba. Olga Amparo Sánchez informó que la guerrilla reitera en esa misiva su voluntad de iniciar diálogos y reafirma su voluntad de suspender definitivamente los secuestros.
El grupo guerillero y quienes han participado como garantes y gestores de estas liberaciones, incluyendo representantes del propio gobierno, siempre manejaron una lista de 10 personas identificadas, con pruebas de vida y con familias localizadas, como el último grupo de rehenes en poder de la guerrilla.
Sin embargo, hoy por la noche Santos aseguró que aún hay muchos colombianos que no saben de sus familiares secuestrados
. Antes de esta coyuntura nadie desde el gobierno había presentado listas o reclamos concretos de civiles secuestrados por el grupo armado.
El presidente no aludió a otra negociación que se ha desarrollado, aún sin éxito, en las últimas semanas, en la que el grupo de mujeres Gestoras del Mundo por la Paz solicita autorización para visitar las cárceles del Estado donde hay cerca de 9 mil guerrilleros presos, para constatar su situación de trato humano.
De manera indirecta, Santos denegó esta noche la autorización. Agradecemos la buena voluntad, pero la paz es asunto de Colombia
, expresó.
Respecto a la reanudación de un proceso de diálogo con el grupo armado, replicó: el país sabrá oportunamente cuando estén dadas las condiciones. Lo demás es especulación
.
Especulación y estrategia militar, pues en las últimas semanas se han escenificado algunos de las ofensivas más encarnizadas de la fuerza aérea contra varios de los frentes guerrilleros mejor atrincherados.
A diferencia de otras acciones de liberación similares, en las que las familias pudieron estar en la pista de aterrizaje y recibir a sus seres queridos al pie de las aeronaves que los traían de vuelta del cautiverio, en esta ocasión las autoridades confinaron a los civiles a la sala de espera del edificio aeroportuario y no brindaron ocasión de que se saludaran, “para evitar el show mediático”, según justificaron varios funcionarios.
También recluyeron a los padres y los familiares más directos en un hotel de Bogotá, con el fin de evitar que viajaran hasta esta ciudad, que planeaba darles una bienvenida masiva.
Fue el caso de los padres de Luis Alfredo Moreno, ausentes hoy en Villavicencio. En su lugar se presentó una enorme tropilla de primos, todos procedentes de Nariño, encabezados por sus tíos Uriel Pérez y Edilma Zambrano. Le dijeron a mi hermano, el papá de Luis Alfredo, que era para evitar toda esta payasada de la bienvenida. Payasada me parece a mí lo que hicieron ellos.
En esta batalla por ganar la nota
el día de hoy, los esfuerzos por eclipsar la presencia de mujeres de Latinoamérica –como Rigoberta Menchú, de Guatemala; Nidia Díaz, de El Salvador; Xiomara Castro de Zelaya, de Honduras, y madres de la Plaza de Mayo de Argentina, entre otras– y quitar fuerza al protagonismo de la sociedad civil ante los medios, no pesó en el ánimo de quienes, desde la sociedad civil, nunca quitaron el dedo del renglón de estas liberaciones, aun cuando las dos partes beligerantes, el gobierno y la guerrilla, sólo vieron en los rehenes una moneda de cambio político.
“Por esta sumatoria de esfuerzos –comentó Gustavo Moncayo, quien también tuvo a su hijo Pablo muchos años secuestrado, y por quien caminó el país entero cubierto de cadenas hasta que logró su liberación– es que hoy, 2 de abril, marca un hito en la historia de Colombia. Porque aquí están los precursores del futuro y de la paz.”
Dicho de otro modo, en palabras de Haroldo Gómez, otro de los promotores vitales de CCP, hoy se puso un punto y aparte. Pero lo que sigue son puntos sustantivos. La historia continuará
.