Gabriel Quadri se consideró pieza fundamental para la democracia en México, al reunirse con estudiantes de la Universidad del Valle de México (UVM) plantel Tlalpan.

Se preguntó y se respondió: ¿Ustedes creen que la democracia, perdón por la arrogancia y la soberbia, sería mejor sin mí en el debate y sin mí en esta universidad? Nooo, comentó el abanderado de Nueva Alianza (Panal).

Tras el debate con sus adversarios por la Presidencia, aseguró que su candidatura entró en una etapa competitiva, y reconoció que no fueron sus oponentes, si no la playmate Julia Orayen, quien lo puso nervioso.

La verdad, al principio sí, pero logré sobreponerme. Indicó que la contratación de la guapa joven fue una buena ocurrencia de parte de los organizadores; fue como ponerle pimienta a la solemnidad, sostuvo, y confió en que en el segundo debate haya otra edecán así.

Ante los estudiantes que llenaron el patio de la UVM, Quadri dijo sentirse muy satisfecho por su participación en el encuentro, porque quedó muy claro cómo son y quiénes son los políticos de siempre.

Sostuvo que en particular lo “tienen harto. Verlos ahí, yo en medio de los tres, descalificándose, insultándose unos a otros, sacando fotografías…” Y sacó a relucir el error en que incurrió Andrés López Obrador al mostrar de cabeza una fotografía de Enrique Peña Nieto con Carlos Salinas de Gortari, lo que desató la risa de estudiantes.

El candidato manifestó que también se sintió “triste, decepcionado por ver la calidad tan baja de nuestros políticos: su poca capacidad de argumentar, de estructurar ideas, de proponer una visión moderna de país. Me dio pena, hasta lástima ver cómo desperdician el tiempo y el interés de los ciudadanos en atacarse unos a otros.

Más tarde, en entrevista, manifestó que se sustrajo a esa guerra de lodo, y traté más bien de plantear y promover mis argumentos. En esa medida creo que fui el ganador. Ubicó a Josefina Vázquez Mota y a López Obrador como los grandes perdedores, por centrarse en atacar al priísta Peña Nieto.

Quadri fue muy bien recibido en la UVM por cientos de estudiantes, a quienes no importó que el candidato llegara con casi media hora de retraso.