Las críticas se sancionan de otra forma
Viernes 18 de mayo de 2012, p. 7
El alto mando del Ejército cuenta con los elementos necesarios para sancionar a los militares en retiro que, considere, violan la disciplina castrense con pronunciamientos directos que critiquen la política antidrogas impulsada por el comandante supremo de las fuerzas armadas (el Presidente), por lo que es poco probable que la detención del ex subsecretario de la Defensa Nacional, general Tomás Ángeles Dauahare, esté relacionada con sus señalamientos recientes a la estrategia del gobierno de Felipe Calderón contra el crimen organizado.
Fuentes castrenses señalaron lo anterior y agregaron que en todo caso, el asunto del general Ángeles impacta la lucha que hay al interior del Ejército respecto de quién será el próximo secretario de la Defensa.
Ángeles realizó críticas a la estrategia anticrimen del presidente Felipe Calderón, durante un foro de la Fundación Colosio, que contó con la presencia del candidato persidencial priísta, Enrique Peña Nieto.
Respecto de las acusaciones sobre presuntos vínculos del divisionario con el narcotráfico, los entrevistados manifestaron su sorpresa por los señalamientos en su contra y prefirieron esperar a que la Procuraduría General de la República (PGR) documente sus acusaciones.
Los secretariables
que pertenecen a la llamada vieja guardia
son Salvador Cienfuegos Zepeda y Moisés García Ochoa, cercanos a los ex secretarios Enrique Cervantes Aguirre y Ricardo Clemente Vega García.
Curiosamente, agregaron, el general Ángeles Dauahare trabajó estrechamente con ambos y representaría los intereses de los generales que ya fueron desplazados por los nuevos divisionarios, encabezados por el general secretario Guillermo Galván Galván, quien impulsa para sustituirlo –indicaron las fuentes consultadas– a los divisionarios Marco Antonio González Barrera, inspector y contralor general del Ejército y Fuerza Aérea; Carlos Demetrio Gaytán Ochoa, subsecretario, y al jefe del Estado Mayor, Luis Arturo Oliver.
Ángeles, agregaron, fue secretario particular del general Cervantes y representó al Ejército durante los diálogos de San Andrés Larráinzar.