e nuevo, las trabajadoras sexuales de La Merced fueron violentadas por el gobierno del Distrito Federal. Nadie puede estar en contra de que se detenga a lenones y se rescate a menores de edad que son obligadas a prostituirse, pero, señala la Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer Elisa Martínez, no se puede detener a todas, maltratarlas y violentar sus derechos como trabajadoras.

Durante el operativo en que se detuvo a 100 trabajadoras sexuales, informan testigos de las calles Corregidora y Circunvalación, se aprehendió también a clientes y trabajadores de los hoteles; inclusive a una vendedora ambulante, sólo porque tenía puesto un vestido escotado. Exigimos que cese el hostigamiento contra las trabajadoras y que se castigue a los verdaderos explotadores, señalaron Jaime Montejo y Elvira Madrid, de la Brigada Callejera y de la Red Mexicana de Trabajo Sexual.

Entre las detenidas había también trabajadoras sexuales capacitadas como defensoras de derechos humanos. “Está muy de moda denunciar el hostigamiento contra los defensores de derechos humanos –advierten Montejo y Madrid–, pero cuando se trata de putas nadie hace caso”. El día del operativo acudieron a las instalaciones de la Procuraduría de Justicia del DF algunas defensoras de sus derechos para acompañar a sus compañeras, pero fueron detenidas sin que les dijeran los motivos.

Además de temer por la integridad física de las detenidas, la Brigada Callejera –de defensa de los derechos sexuales de las mujeres– exige que cesen las detenciones arbitrarias, se eduque a los policías para que no maltraten a las trabajadoras y se aplique la ley donde haya menores trabajando, pero que se respete a las adultas que por voluntad propia ejercen este oficio.

El reconocimiento del trabajo sexual es el meollo del asunto, pues una vez que se abra esta posibilidad, quienes lo ejercen estarán en posición de defenderse y de vigilar los espacios donde trabajan, pues son las primeras interesadas en que no haya explotación ni prostitución de menores.

En el hotel Roma, señalan, encontraron a menores de edad trabajando, pero en el resto de los inmuebles (Liverpool, Hispano y Veracruz) había adultas y se llevaron a 70. Incluso, la Comisión de los Derechos Humanos del DF, que acudió a la agencia 50 del Ministerio Público, no tuvo acceso a 75 detenidas, a quienes se les negaron sus derechos por más de cinco horas.

La violencia contra las trabajadoras sexuales no es exclusiva de la capital del país, como demuestra el asesinato de una de ellas, el pasado 12 de mayo, en Guadalajara.

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