Andrés Manuel López Obrador se desmarcó de las políticas educativas neoliberales aplicadas y propuso dar un viraje, que consiste en aumentar la matrícula en educación superior de 30 a 60 por ciento. Eso implica que 6 millones estén en las aulas, porque México tiene una gran deuda con sus jóvenes.

De llegar a Los Pinos, ofreció, aumentará en al menos 15 mil millones de pesos anuales el presupuesto para las universidades, mediante una política económica para la mayoría, hasta llegar a uno por ciento del PIB. Los recursos provendrán de medidas de austeridad republicana y de la cancelación de privilegios fiscales.

López Obrador hizo este planteamiento en la sesión de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (Anuies), que congregó a más de 160 rectores interesados en conocer los puntos de vista de los cuatro candidatos presidenciales que acudieron entre ayer y hoy. Enrique Peña Nieto llegó una hora después.

La educación de los jóvenes es un asunto de seguridad nacional, de tranquilidad y de paz social, expuso el tabasqueño. Consideró que existe frustración y resentimiento entre los jóvenes a causa de la exclusión escolar. Es mejor tener jóvenes becados que excluirlos. Eso va a cambiar y lo vamos a hacer con educación de calidad.

López Obrador llegó a la sede nacional de la Anuies acompañado de Juan Ramón de la Fuente, ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a quien presentó como un universitario talentoso, que será el titular de Educación Pública en caso de que él gane la Presidencia. En los pasillos, los rectores mostraban confianza por ese nombramiento anticipado.

Recordó que la secretaría de Ciencia y Tecnología estaría a cargo de René Drucker, y la responsable de la nueva secretaría de Cultura será la escritora Elena Poniatowska.

Narro, anfitrión en su calidad de presidente en turno de la asociación, buscó evitar conflictos políticos y corrió la cortesía a la Anuies, en la colonia Santa Cruz Atoyac, para que fuera la sede del encuentro en vez de que la pasarela de candidatos se efectuara en el campus universitario.

López Obrador fue claro en tomar distancia de los modelos educativos neoliberales que, dijo, desde hace 29 años acatan las recetas dictadas desde el extranjero como parte de las reformas estructurales. Varios rectores comentaban entre ellos que representa una postura diferente con respecto a las políticas aplicadas desde la presidencia de Ernesto Zedillo.

Al principio de su mensaje planteó que México está en último lugar en cobertura en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y de varios latinoamericanos. El problema radica, añadió, en que la educación superior no ha sido considerada prioridad de los gobiernos neoliberales, razón por la cual, anunció, este nivel de enseñanza será el eje del desarrollo del país.

Aseguró que se destinarán más recursos a la educación superior, porque sí hay tela de donde cortar, insistió.

Su proyecto consiste en pasar de una cobertura de 3.5 millones a 6 millones de estudiantes en educación superior y acabar con la exclusión de los pobres mediante un programa nacional de becas.

También ofreció cumplir con el mandato legal de destinar uno por ciento del producto interno bruto a ciencia y tecnología, que ahora es letra muerta, al representar apenas 0.33 por ciento.

Se declaró en favor de la evaluación educativa, pero como mecanismo de superación académica, para lo cual propuso crear un consejo independiente.