El ex gobernador de Oaxaca, José Murat, respondió a las acusaciones que le lanzó la candidata presidencial del PAN, Josefina Vázquez Mota, identificando a su gobierno, junto con el del también ex mandatario Ulises Ruiz, como uno de los cacicazgos más corruptos vividos en la entidad. Calificó a la panista de ser oportunista y dijo que su partido se ha convertido en una kermés de acusaciones falsas y sin sentido.

En una carta le dice a la licenciada Vázquez Mota que el cacicazgo que efectivamente se gestó en Oaxaca –uno de horca y cuchillo– fue el del ex gobernador Diódoro Carrasco, al que incluso lo identifican como el juniorcique, pues tiene un rancho de enormes dimensiones en Cuitatlán, Oaxaca, latifundio que cuenta con pista de aterrizaje y demás comodidades y que es el mismo que hoy le sirve a usted de guardaespaldas político.

Murat señala que con el respeto que le merece, debo aceptar que estaba equivocado acerca de la imagen que en lo personal tengo o tenía de ella.

Y agregó: “Todo parece indicar que para la señora Vázquez hay dos tipos de políticos, especialmente en Oaxaca, los honestos y los deshonestos. Los primeros, que están a salvo de sus diatribas y falacias, son aquellos que dieron el salto del tricolor al blanquiazul. Son los que, con disfraz albiceleste buscan un cargo de elección popular, para desde ese lugar, si es que llegan, salvarán a la nación de los intolerantes y los represores”.

José Murat, ex gobernador de Oaxaca, sostuvo que el verdadero cacique es Diódoro Carrasco, quien ahora es guardaespalda político de Josefina Vázquez MotaFoto María Meléndrez Parada

Sin embargo, dijo que los panistas, ahora convertidos en políticos honestos, tienen en su haber acusaciones –que conste, nosotros no lo decimos– de varios indígenas muertos, más de 200, así como muchos desaparecidos en un sexenio. También hay registros de persecuciones y de haber encarcelado a 200 indígenas loxichas inocentes, dizque por seguridad nacional. Pero en cambio él, a su llegada al gobierno de Oaxaca 1998-2004, promovió una amnistía para liberar a más de 150 indígenas presos de conciencia, afirmó.

Además, señala que su gobierno tuvo que pagar 500 millones de pesos que Diódoro Carrasco heredó de deuda, misma que él dejó en 300 millones, lo que demuestra y confirma la forma en que se trabajó durante mi administración.