Las iglesias y las asociaciones religiosas tienen mucho que aportar para reconstruir el tejido social y difundir una cultura de legalidad, pues refuerzan principios y valores, refirió Paulo Tort Ortega, director general de Asociaciones Religiosas de la Secretaría de Gobernación (SG), al participar en la 24 consulta nacional jurídica y fiscal de asociaciones religiosas que organizó la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice).

Al respecto, Arturo Farela, presidente de la Confraternice, dijo que en el actual contexto de combate al crimen es indispensable que las iglesias, los padres de familia y el gobierno federal actuemos de manera conjunta, porque somos los principales responsables de la violencia que vive el país, al no dar educación con principios y valores en las escuelas públicas ni en el hogar. Los ministros de culto tenemos que predicar con el ejemplo porque todos los criminales estuvieron de niños en algún templo y no les enseñamos el Evangelio, fracasamos.

Tort resaltó que la reconstrucción del tejido social es uno de los componentes de la estrategia nacional de seguridad, la cual está basada en el combate directo al crimen y la reconstrucción de las instituciones de procuración de justicia.

Justamente en torno al primer aspecto el funcionario destacó que, además de las escuelas y los padres, las iglesias tienen la capacidad de influir en la prevención del delito y de las adicciones, para formar generaciones de buenos ciudadanos.