Dos hoyuelos en las mejillas se le hacen a Lino Montes cada vez que sonríe, pero apenas sube a la tarima el rostro se le endurece y sus músculos se hinchan como si fueran a explotar.

A Luz Mercedes Acosta la cara se le pone roja al momento de levantar la barra. Es un día normal para los dos halteristas que se preparan para asistir a los Juegos Olímpicos de Londres y el último en territorio mexicano porque hoy viajan a Sofia, Bulgaria, para continuar ahí su preparación durante un mes y luego trasladarse a la capital británica.

La sonorense tiene experiencia y quiere superar el octavo sitio de Pekín 2008. Está ansiosa por competir, conocer a sus rivales, aplicar la estrategia e ir paso a paso si le toca el grupo A, donde estarán las mejores en la pelea de medallas para levantar el máximo de peso (más de 200 totales) que pueda soportar su esbelto y delineado cuerpo.

La ojiverde afirmó que, a diferencia de hace cuatro años, llega más fortalecida que nunca mental y espiritualmente, porque me siento con más experiencia y seguridad para lograrlo, en su afán por terminar entre las mejores cinco en Londres, en la división de los 63 kilogramos.

Tras posar ante las cámaras de televisión en las conferencias que la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte realiza a algunos seleccionados olímpicos, la halterista pidió dar vuelta a la hoja a un asunto que en las recientes semanas la puso en la polémica por la pelea de la plaza olímpica con Carolina Valencia. Ahora sólo quiere estar concentrada con lo que peleó y ganó a cabalidad.

Luego de pasar un control antidopaje, el yucateco Lino Montes, competidor en 56 kilogramos, era sólo risa y ni sus 1.52 metros de estatura lo cohibieron para abrazar su compañera, aunque reconoce tener nervios para la competencia porque todavía no me cae el veinte y agradeció a sus compañeros, ahí presentes, el trabajo que hicieron para ganar el boleto a Londres.

No lo asimilo, pero con la poca experiencia que tengo será suficiente para tenerme confianza. Hace muchos años no se conseguía una plaza varonil en JO y es un gran orgullo representar a todos, porque no tenemos el apoyo que tienen las mujeres y es más difícil lograrlo, dijo el medallista de bronce en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011, quien terminó con la sequía que dejó José Garcés en Los Ángeles 1984, con un octavo lugar.