Miami, 22 de junio. Criticado en el pasado hasta la saciedad por su juego individualista, pero considerado un rey sin corona luego de dos fracasos en las finales de la NBA, el alero LeBron James vio al fin realizado su deseo de ganar un anillo de campeón, al guiar al Miami Heat al título de la temporada 2011-2012.

Su trabajo le valió el primer reconocimiento de jugador más valioso de la final, galardón que ganó merecidamente las anteriores tres temporadas regulares.

Soñé con esta oportunidad y este momento durante mucho tiempo. Mi sueño ahora se ha convertido en realidad y es la mejor sensación que he tenido en mi vida, expresó James. Maldita sea, ya era hora, agregó con una gran sonrisa: Nunca he sido más feliz.

Con su extraordinario desempeño en el último tope, al cerrar con un triple doble, con 26 puntos, 11 rebotes y 13 asistencias, James fue el eje del segundo título de liga del Miami Heat, que venció 121-106 a los Thunders de Oklahoma.

El año pasado me criticaron mucho y decían que era individualista en mi juego. Dejé que eso me afectara y me pasé todo el tiempo tratando de probar a la gente que no era así, añadió.

Todo el año pasado traté de demostrar a la gente que estaban equivocados, pero al final de todo era básicamente una lucha contra mí mismo, subrayó.

LeBron ya había jugado y perdido dos finales de la NBA, una con Cavaliers de Cleveland en 2007 y otra con Miami en 2011.