Inocentadas electorales
Un robo, un fraude (en box)
Magistrados facciosos
Rituales en fuga
Reformas constitucionales
Ese botín llamado Pemex
Babatz y los sacadólares
Que vieron a Josefina en Escocia
Nueva visión geoestratégica de Brasil, según Ronaldo Carmona (Universidad de Sao Paulo)
El gobierno y las moscas
Bucareli, sin informes
Banca: exitosa lavandería
Décimas para un descanso
n respuesta al anuncio de que el gobierno federal planea instalar una mesa de diálogo
para discutir la Ley General de Víctimas –aprobada por las cámaras de diputados y senadores en abril pasado, y vetada hace unos días por el titular del Ejecutivo federal, Felipe Calderón–, integrantes de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión dijeron ayer que, en caso de que la autoridad federal no cumpla con su obligación de promulgar dicha normativa, sus integrantes estarían incurriendo en desacato.
Fraude del PRI, sin dejar huella
s evidente que el PRI se preparó como nunca para no dejar huella del fraude. La parafernalia con que se presentaba su candidato en los mítines desaparecía como por arte de magia al término de los mismos.
urante siglos, las referencias a China y los chinos suscitaron en Occidente las emociones que seguramente sintió el escribiente Rusticello de Pisa cuando su compañero de celda, el veneciano Marco Polo, le platicaba de sus aventuras en los vastos dominios del emperador mongol Kublai Khan.
is hijos, que rondan los 25 años, se avergüenzan de que su padre sea consejero local del IFE. A pesar de todos los esfuerzos, el IFE no pudo sacudirse el fantasma de 2006
en este proceso electoral. Hay que reconocerlo, su imagen no salió bien librada. Flota en el ánimo ciudadano que el Consejo General pudo haber hecho mucho más. Ése es uno de los tópicos que los consejeros locales de diversos estados intercambiamos de manera informal. A pesar de que técnicamente el proceso estuvo bien coordinado, que en la operación como tal el IFE cumplió su tarea, importantes sectores de la sociedad le reprochan no haber ido más lejos en su calidad de árbitro y no sólo organizador. Desde sus facultades pudo haber ido más lejos para garantizar elecciones más equitativas y, sobre todo, frenar la compra y coacción del voto.
as maniobras del aparato de comunicación colectiva del país no intentan clarificar los referentes del debate nacional, sino asentar un mediocre concepto de modernidad. Se pretende desviar la atención para imponer, como visión dominante, masivos intereses grupales. Una operación orquestada desde antes de la elección y prolongada a posteriori. El esfuerzo llevado a cabo por los grandes sectores de presión, sus partidos políticos y amanuenses mediáticos, estuvo dirigido, de manera compulsiva y abrumadora, a combatir las pretensiones de la izquierda para llegar al poder. Se resistieron con eficacia a que los ciudadanos eligieran, con informada libertad, los cambios que el modelo de gobierno en boga requiere con urgente justicia. Al parejo acentuaron, con todos los instrumentos mercadológicos a su alcance, en especial los difusivos, los rasgos seductores de una imagen sugerente, jovial y tranquila: era indetenible, proclamaron por todos los confines. Y cuando sospecharon que los trabajos no serían suficientes para soldar sus ambiciones, echaron mano del enorme catálogo de las malas artes: la compra de votos, el dispendio y la coacción a los votantes.
nular las elecciones es la única forma de recuperar la confianza en la democracia electoral y en las instituciones. Si no pedimos que se anule un proceso teñido de inequidad, corruptelas, uso de dinero público para comprar
votos, coacción del voto a través de la autoridad laboral, alianzas millonarias con empresas, televisoras y encuestadoras para construir la percepción de ventaja de un candidato, todo ello como mecanismos naturales
de las reglas del juego electoral
; si no exigimos que se anulen unas elecciones donde el que tiene más dinero es el que tiene más votos, entonces estaríamos consintiendo que ése es el único juego electoral posible y la única forma de institucionalidad; que la cultura política de nuestro país sólo puede ser clientelar y formar electores que se venden y no ciudadanos que se informan; que la elección no es un acto libre, informado y razonado de la ciudadanía, sino que aprovecha, reproduce y manipula la pobreza y la desinformación de la gente, enajenando su voto por unos cuantos pesos, bolsas de cemento, carne para asar, tarjetas prepago de Soriana o rifas de electrodomésticos. Si no se anulan estas elecciones y aceptamos sin chistar, estaríamos reduciendo a eso el momento más importante
de la pobre democracia mexicana.
uándo fue la última vez que una economía capitalista se mantuvo en expansión y en armonía social? Parece que hay que hacer un buen ejercicio de memoria porque no es fácil recordar semejante episodio de placidez. Y sin embargo, en el imaginario social perdura la creencia de que en una época perdida que habría que recuperar, el capitalismo pudo hacer entrega de buenos resultados. Quizás el anhelo profundo del ser humano es ese mundo de paz, bienestar y justicia. Pero esa aspiración no significa que ese mundo anhelado sea posible bajo la feroz regla del capital.
ue un pionero en el estudio del crecimiento de las áreas urbanas periféricas. En analizar las formas de organización y los mecanismos que hacen posible que miles de familias levanten sus viviendas sin el apoyo gubernamental ni de las instancias financieras privadas o públicas. En mostrarnos los liderazgos e intereses políticos y económicos que facilitan esa urbanización, que muchas veces va de la mano de la invasión de tierras agrícolas y de reserva ecológica.