Isinbayeva, tras el oro en sus últimos juegos; Pistorius va por la hazaña
Viernes 3 de agosto de 2012, p. 8
Londres, 2 de agosto. El atletismo, deporte rey de los Juegos Olímpicos, comienza este viernes en Londres, en una edición en la que acapara el interés el duelo entre los jamaiquinos Usain Bolt y Yohan Blake, en la prueba de 100 metros, con Estados Unidos intentando no ser un mero espectador.
La disputa estelar en la línea recta no se hará esperar, ya que este sábado arrancará con las series y el domingo tendrán lugar las semifinales y la final, en el cara a cara más esperado de estos Juegos.
Los pulsos Jamaica-Estados Unidos en la velocidad y Kenia-Etiopía en el fondo y el medio fondo marcarán también los 10 días de competición en la capital británica, pese a que el Bolt-Blake parece eclipsar de entrada casi todo.
Durante nueve días el maleable recinto diseñado por Rod Sheard –cuyo futuro tras los juegos de Londres es aún una incógnita– se llenará de carreras, lanzamientos y saltos. En el décimo, el maratón masculino llevará la magia del deporte olímpico por excelencia al centro de la ciudad.
Antes, los 80 mil espectadores que llenarán las gradas y los miles de millones que lo verán por televisión sabrán si Bolt hace realidad su sueño de inmortalidad revalidando sus títulos olímpicos de Pekín, o si Yelena Isinbayeva se cuelga otro oro en su última justa, o si Kenia vuelve a dominar de forma aplastante el fondo.
Escondido hasta ahora en el interior del estadio, el fuego olímpico prendido en el pebetero en la ceremonia inaugural recobrará protagonismo, pero su fulgor no será nada comparado con el de Bolt si el jamaiquino logra lo que se propone: repetir títulos en 100, 200 y 4x100 metros.
Quiero ser leyenda
, ha dicho el atleta más famoso del mundo, quien tendrá como principal rival a su compatriota y amigo Yohan Blake, que ya lo batió en los trials de su país.
El domingo por la noche el mundo descubrirá en la final de los 100 metros el verdadero estado de forma de Bolt, el único hombre que ha bajado de 9.6 segundos (en 9.58 tiene el récord mundial) y el único que se atreve a asegurar que puede correr en 9.4.
Para impedir la gesta estarán allí los otros tres hombres más rápidos de la historia: el estadunidense Tyson Gay y los jamaicanos Blake y Asafa Powell.
Oscar Pistorius no será probablemente el más rápido. Quizá ni siquiera esté en la final de los 400 metros, pero el sudafricano tendrá también un lugar en los libros de historia deportiva al ser el primer atleta discapacitado –corre con prótesis en sus dos piernas amputadas– en competir en unos Juegos Olímpicos.
Kenia celebró el año pasado en Daegu el mejor Mundial de su historia con siete oros y un total de 17 preseas, para ubicarse tercera en el medallero, sólo por detrás de Estados Unidos y Rusia.
Encabezados por el plusmarquista mundial en 800 metros, David Rudisha, los kenianos dominan casi todas las carreras.