Se abre la puerta para indagar amenazas a la embajada de La Habana
Sábado 4 de agosto de 2012, p. 20
Buenos Aires, 3 de agosto La identificación de los restos del diplomático cubano Crescencio Galañega Hernández, secuestrado, asesinado y desaparecido en el marco de la Operación Cóndor, fue recibido con dolor e indignación, por los familiares de las víctimas del Centro Clandestino de Detención Automotores Orletti, sede de ese operativo, pero también con la esperanza de que se incremente la búsqueda de las autoridades judiciales, en la misa zona donde se encontraron entre 1976 y este año unos10 toneles de unos 200 litros de capacidad con restos humanos sepultados en cemento.
La zona de San Fernando es un trazado gris en la provincia de Buenos Aires, cerca de las islas de El Tigre, donde también se escenificaron los horrores de la pasada dictadura militar.(1976-1983)
Cuando en junio pasado se encontraron los últimos tres barriles oxidados y rotos por el paso del tiempo, en lo que fue una laguna formada por la excavación de tierra para construcciones, hubo rumores de que podían estar allí los restos Patricio Biedma, sociólogo, catedrático dirigente político del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) de Chile, que había nacido en Argentina pero se había trasladado a ese país.
En 1973, después del golpe de Chile, debió regresar cuando era intensamente buscado por la dictadura de Augusto Pinochet. En julio de 1976 fue secuestrado en Buenos Aires y llevado a diversos centros Clandestinos de detención, y por supuesto a Orletti, la sede de la Operación Cóndor, donde estaba también el chileno Mario Espinoza. Desde entonces está desparecido y no se sabe si fue entregado a Chile o si está entre las víctimas, que los criminales de Orletti arrojaron a algún lugar como San Fernando.
Ahora se espera encontrar los restos también de Jesús Cejas Arias, el otro joven diplomático cubano secuestrado el mismo 9 de agosto con Galañega, y de argentinos, uruguayos, paraguayos, bolivianos y otros que pasaron por Orletti.
Esto abre las puertas también para investigar a fondo- y lo deben hacer la justicia de varios países – la presencia de los grupos terroristas cubano- americanos de Miami que participaron en la mayoría de los crímenes cometidos en Cóndor, ya que personajes como el ya fallecido Orlando Bosch o Virgilio Paz y otros estuvieron desde un principio organizando la Operación Cóndor, en Chile junto al dictador Augusto Pinochet y también aquí.
En ese caso el jurista, investigador y escritor cubano, José Luis Méndez Méndez ha seguido los pasos de esos grupos criminales que tanto daño han hecho a Cuba, amparados por la impunidad que les brinda la protección de los diversos gobiernos de Estados Unidos y los servicios de inteligencia de ese país para los que trabajan.
La guerra por los caminos del mundo
que protagonizaron es un antecedente básico para la Operación Cóndor, ya reconocida por la justicia argentina, como una “Asociación Ilícita para asesinar,, secuestrar, torturas, trasladar víctimas de un país a otro, .
Tal como se repite hoy con los “traslados “ de la Agencia Central de Inteligencia (CIA estadunidense), de supuestos terroristas de un país a otro, llevándolos cárceles secretas en países europeos y otros o al infierno de Guantánamo, un centro de detención, torturas y aniquilimiento, que funciona en la base estadunidense, establecida ilegalmente en Guantánamo, terrirtorio cubano.
Mientras en Argentina buscamos la justicia para los responsables de crímenes de lesa humanidad, cometidos durante la pasada dictadura y también en tiempos anteriores Estados Unidos exhibe públicamente a Guantánamo, como una amenaza terrorífica para el mundo, y envía mercenarios a países para invadir y ocupar, en una de las más graves violaciones a los derechos humanos a nivel global
sostiene el Premio Nóbel de la Paz 1980, el argentino Adolfo Pérez Esquivel.
También el hallazgo de los restos del joven Galañega Hernández, abre las puertas para investigar la serie de atentados, amenazas, persecución y hostigamientos, que vivió la embajada de Cuba en nuestro país durante la pasada dictadura.
La exhaustiva investigación sobre este caso realizada por Méndez Méndez quien recuerda que esa legación diplomática estaba bajo vigilancia constante de la dictadura “y por los terroristas anticubanos de Miami, al servicio de la Operación Cóndor, que esperaban cualquier oportunidad para golpear a los funcionarios, sus familiares o trabajadores.”
En este caso ha reunido información sobre unos 16 casos de trabajadores locales, que participaban como choferes, maestros der la Escuela General San Martín, anexa a la embajada para los hijos de los diplomáticos cubanos y otros incluso que trabajaban en las áreas de turismo.
Algunos de ellos fueron secuestrados el propio 24 de marzo, pero también relata la forma como sólo siete horas después del secuestro de los jóvenes diplomáticos el 9 de agosto cubanos se lanzó una cacería brutal, con allanamientos con armas de guerras, gases, participación de decenas de personas en las casas de los trabajadores argentinos de la embajada, a cuyas familias y niños aterraron. .
Méndez recorrió cada lugar logró documentos,, datos y testimonios, que revelan el horror que vivieron esas familias, esos maestros y humildes trabajadores, a los que aún falta hacer justicia. Varios están desaparecidos, pero la historia de lo sucedido a la Embajada de Cuba debe figurar en los anales, de lo que es capaz el terrorismo de Estado amparado por el poder hegemónico.
Aún en su muerte, estos jóvenes, que nunca hablaron, ni traicionaron bajo la peores torturas siguen abriendo puertas a la justicia