Londres, 11 de agosto. Apesadumbrado por una racha de malos resultados y experiencias frustrantes en sus últimos trabajos al frente de los equipos Morelia y Chiapas, Luis Fernando Tena vivió su segundo rejuvenecimiento al tomar las riendas del Tri olímpico, que prácticamente lo rescató del retiro hasta festejar el oro en Londres-2012.

Dueño de una carrera sin títulos sobresalientes en su época de jugador –era defensa central y siempre a la sombra de su famoso hermano Alfredo, multicampeón con el América–, el Flaco acaba de conseguir a sus 54 años el éxito más brillante de su carrera en particular y del futbol mexicano en general.

La mayor satisfacción que puede tener un entrenador es ver a sus jugadores cantando el himno con la medalla de oro en su pecho. Y la mayor gloria deportiva que puede tener un atleta es cantar el himno con la medalla de oro, afirmó Tena tras la victoria 2-1 ante Brasil en la final de Wembley.

Nacido en el seno de una familia futbolera, Luis Fernando aplicó sus conocimientos en el banquillo a partir de 1994, cuando asumió en el Cruz Azul, al que hizo campeón en 1997, precisamente el último título que han ganado los Cementeros.

Tres años después repitió con el Morelia, aunque llegó a dirigir otros siete equipos de la liga, como Santos Laguna, América y Chiapas, hasta que en diciembre de 2010 José Manuel de la Torre, el técnico del Tri mayor, lo llamó para su cuerpo técnico, en el que funge como ayudante de campo.

Fue una apuesta muy criticada por todo el medio futbolístico, después de los malos resultados que acumulaba el Flaco Tena en sus últimos equipos y que prácticamente estaba retirado de los banquillos y se dedicaba a realizar comentarios en los medios de comunicación.

Gracias a “la asesoría del Chepo, gracias a él estamos aquí, que confía en nosotros para este puesto”, decía Luis Fernando al acercarse la final olímpica.

De hecho, Chepo de la Torre tuvo razón, pues Tena obtuvo sus mejores números desde que se hizo técnico, con casi 80 por ciento de puntos ganados. En 24 partidos oficiales, logró 18 triunfos, 2 empates y 4 derrotas.

Para Luis Fernando Tena, el éxito radica en que sus muchachos hace tiempo que dejaron los viejos complejos y hoy se sienten conquistadores. En la imagen, el técnico durante el partido de ayer en el estadio de WembleyFoto Ap

Para él, el éxito radica en que sus muchachos hace tiempo que dejaron los viejos complejos, hoy se sienten conquistadores. Tenemos una nueva y gran mentalidad en nuestros jóvenes mexicanos.

Los chicos del Tri dieron el ejemplo al trabajar en equipo, sin egos y sin infantilismos, lema que les impuso desde el primer día, aunque piensa que el suceso hay que repartirlo a todo el futbol mexicano.

Nuestro futbol va mejorando mucho, porque los equipos están trabajando mucho mejor en las fuerzas básicas y producen más y mejores jugadores, precisó.

Sin embargo, armar su equipo le dio muchos dolores de cabeza: ácidas críticas de la prensa, indisciplina de jugadores previo a la Copa América 2011 y la negativa de algunos futbolistas de ir a Londres 2012.

La construcción del equipo olímpico sufría, pero los éxitos en el Panamericano de Guadalajara 2011 y el Preolímpico centroamericano sirvieron para darle aire a Tena, que encaró sus primeras críticas por los sucesos de Quito, cuando ocho jugadores fueron castigados por ingresar mujeres a la concentración del plantel.

Cuando se acercaban los Juegos Olímpicos de Londres, Tena, entonado con el triunfo en el Torneo Esperanzas de Toulón, definió la lista de 18 jugadores con la presión y el sinsabor de dejar a varios jóvenes fuera, pero también con el trastorno de la negativa de algunos cracks que se habían apartado por otros objetivos.

Los principales, Carlos Vela, Jonathan dos Santos, hermano de Gio, y Javier Chicharito Hernández, prefirieron dedicarse a hacer una buena pretemporada para encarar los nuevos desafíos con la Real Sociedad, el Barcelona y el Manchester United, respectivamente.

Inversión en fuerzas básicas, trabajo y mentalidad ganadora de una generación dorada que hizo historia y rescató a Tena, quien desde el desempleo logró, literalmente, un renacimiento olímpico.