Lamenta que no tengan dónde prepararse y que muchos de ellos sean ninis
México es un triunfador y debe tomarse conciencia de su potencial
Tras el escándalo en Ecuador mucha gente me hacía reclamos y pedía mi salida del equipo
, recuerda el entrenador
Viernes 24 de agosto de 2012, p. a17
En medio de la alegría, las felicitaciones y los festejos, Luis Fernando Tena se da tiempo para reflexionar. Sabe de las repercusiones que tuvo el oro olímpico en un país tan futbolero como México, pero desea que ese logro supere el ámbito deportivo y sirva para dar más oportunidades, sobre todo a la juventud.
“Para quienes tenemos más edad es lamentable ver que los jóvenes no tienen dónde prepararse, mostrarse, progresar. Me refiero a los que despectivamente llaman ninis, porque ni estudian ni trabajan”, dice el timonel que condujo a la Sub-23 al primer lugar en el balompié de Londres 2012, algo tan histórico como inesperado.
En su plática el tema es recurrente e insiste en que la hazaña lograda por el Tri debe servir de ejemplo de que se puede, que México es triunfador y tiene una gran juventud... Que sientan orgullo de ser mexicanos, conscientes de su potencial y de que las metas están a la mano, sólo basta trabajar con mucha dedicación
.
El deporte es sin duda una plataforma hacia el progreso de cualquier nación. Tengo la convicción de que puede haber menos delincuentes canalizando la energía en algo productivo, positivo, y aunque parece una labor titánica, por algo se empieza. Este logro (la presea dorada) es una motivación para que la gente salga a hacer deporte
, invita.
Potencial insospechado
De carácter apacible y semblante taciturno, Tena es ejemplo de potencial insospechado. Cuando era niño le decían la Pulga; después, ya en el futbol profesional, recibió el mote de Flaco; ambos apodos lo describen como algo magro, pequeño, endeble.
Sin embargo, Luis Fernando logró sumarse a la reducida nómina de personajes que han desquiciado de alegría a la afición nacional, como en su momento lo hicieron Jesús Ramírez y Raúl Potro Gutiérrez con equipos de la Sub-17.
Tena creció en el seno de una típica familia mexicana de clase media radicada en la Unidad Modelo. Fueron siete hermanos –cinco varones y dos mujeres– y todos tenían gusto por el deporte, especialmente por el futbol.
“Un día nuestro hermano mayor, Ramiro, nos llevó a Luis y a mí a jugar –narra Alfredo, también ex futbolista y técnico–. ‘¿A poco esta pulguita va a jugar? ¡Pero si parece una pulga!”, exclamaron los otros integrantes del equipo al observar la diminuta y escuálida figura de Luis Fernando, de escasos seis años.
“Pero ese día la Pulga jugó bien e hizo el gol del triunfo. Desde entonces se le quedó ese sobrenombre. Todos le decíamos así.”
Luis Fernando cargó con ese mote hasta la secundaria. Perfilado ya hacia el profesionalismo, “en el Atlético Español un preparador físico le puso Flaco; ¡era muy delgado!”, abunda su hermano Alfredo.
Todavía al inicio de su carrera deportiva Tena cursó cuatro semestres de Veterinaria –porque le gustaban mucho los animales– y cambió reproches por elogios en el proceso rumbo a Londres 2012. Lo ocurrido en Ecuador fue el huracán que templó no sólo a él, sino a todo su grupo.
Ya en la cima, Luis Fernando recuerda aquel aciago momento: En la calle la gente me hacía reclamos, me reprochaba... Sé que muchos pedían mi salida del equipo, pero yo tenía claro que era parte de un proceso
.
En Argentina 2011 México tuvo su peor papel desde que incursionó en el torneo Copa América: tres derrotas en fila. Era de esperarse, iba con un equipo de menores que todavía debió ser parchado por ocho bajas a causa de los jugadores castigados y uno que otro lesionado.
Ese fue el trago amargo, porque en adelante ni siquiera lo perturbaron las sorpresivas negativas de Carlos Vela y Jonathan dos Santos de integrarse al Tri.
Los triunfos se sucedieron: ganó medalla de oro en los Juegos Panamericanos de 2011, el Preolímpico de la Concacaf y el torneo francés Esperanzas de Toulon, hasta coronar la etapa con el oro olímpico.
Tena, quien debutó como entrenador en febrero de 1995 con Cruz Azul, sólo había sabido dos veces del triunfo: hizo campeón al club cementero en Invierno de 1997 y al Morelia igualmente en 2000, y tuvo un infructuoso paso por Tecos, León, Santos, Jaguares y América. También repitió en La Máquina y Monarcas sin mayor repercusión.
Si alguien sabe hacer amigos ese es Luis Fernando. Una apasionada defensa de él hizo en su momento Enrique Meza, cuando la crítica estaba volcada contra el Flaco tras el escándalo de los jugadores en Ecuador: No se equivoquen, Tena es un excelente estratega, fue mi auxiliar y puedo decir que sabe muchísimo. Déjenlo trabajar
.
Luis Fernando antepone la amistad y se esfuerza por repartir méritos entre sus colaboradores y los tres mayores: Chuy Corona, Oribe Peralta y Carlos Salcido. Ya en la cúspide, confesó su pesar por haber marginado a Alan Pulido, por la lesión de David Cabrera y recordó a la afición radicada en Estados Unidos.
Agradeció a José Manuel de la Torre la invitación que le hizo para sumarse a su equipo de trabajo en el Tricolor y aseguró haber seguido “los fundamentos que marca el Chepo desde arriba” .
Queda claro que le gusta ser un obrero más y dar a cada uno su lugar, por eso resaltó una y otra vez la hermandad sin envidias
con que trabajó su grupo.
El Flaco también es el hermano solidario, siempre está al pendiente y dispuesto a ayudar
, indica Alfredo con admiración.
El sábado 18 de agosto, una vez que bajaron los decibeles festivos, Luis Fernando celebró en familia, con su mamá, esposa, hijos, hermanos, sobrinos y demás familiares.
Fue una comida en la que la Pulga o el Flaco volvió a desmenuzar detalles de la ruta dorada. No faltó el brindis y el toque emotivo, cuando uno de sus sobrinos puso un video que los hizo volver a vivir la gloria y que resumió la magnitud de la hazaña.