Marikana, 23 de agosto. El gobierno de Sudáfrica rindió homenaje este jueves, entre cantos religiosos, a los 44 muertos en el conflicto de la mina de esta ciudad, la mayoría de los cuales fallecieron durante la operación policial más sangrienta desde el fin del apartheid. Las principales minas de platino cerraron para que los trabajadores pudieran honrar la memoria de sus compañeros.

Alrededor de 500 personas se congregaron en una carpa ubicada afuera de la mina de Marikana, cerca de lo que se ha denominado la colina del horror, donde la policía disparó a quemarropa matando a 34 mineros en huelga que exigían un aumento salarial, el pasado 16 de agosto. Los otros diez trabajadores fallecieron en un enfrentamiento entre sindicatos rivales.

La multitud caminó por los campos polvorientos y escuchó himnos y oraciones en honor a las víctimas. Los deudos depositaron flores en el sitio de la matanza, mientras otros homenajes se realizaron en todo el país, incluido uno en el centro de Johannesburgo.

En la ceremonia oficial efectuada en el asentamiento Nkaeng, junto a la mina, el ministro de la Presidencia, Collins Chabane, llamó a no manipular los hechos con fines políticos, y advirtió que hay quienes buscan utilizarlos para impulsar sus carreras políticas.

También pidió a los involucrados en el movimiento minero cuidar sus declaraciones y hacerlas con tacto, pues ya se ha regado mucha sangre, señaló un reporte de Corporación de Radiodifusión de Sudáfrica.

El presidente sudafricano, Jacob Zuma, criticó el miércoles a los líderes de la rama juvenil del Congreso Nacional Africano (CNA), por sacar a la luz pública sus diferencias en lugar de seguir los canales internos de la agrupación.

En un discurso dirigido a los mineros en huelga, Julius Malema, ex líder de la rama juvenil del CNA, pidió la renuncia del mandatario y del ministro de la policía, Nathi Mithethwa, por la forma en que han manejado esta huelga.

El miércoles, Zuma se reunió con los trabajadores de Marikana, a quienes pidió que sus protestas se hagan de manera pacífica y se comprometió a llevar sus demandas a los ejecutivos de Lonmin, la administradora de explotación, así como a investigar los decesos.

En total, 44 personas han muerto en esta protesta iniciada el pasado 10 de agosto, en la que diez personas murieron en enfrentamientos entre dos agrupaciones rivales: el Sindicato Nacional de Mineros, en contra de la huelga, y la Asociación de Mineros y Sindicato de la Construcción, favorable al paro.