En el caso de la emboscada en la cual agentes de la Policía Federal atacaron el viernes a dos elementos de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) y a un integreante de la Secretaría de Marina-Armada de México (Semar) en la carretera México-Cuernavaca, la Procuraduría General de la República (PGR) tiene como su principal línea de investigación una confusión por parte de los policías federales, revelaron mandos del Ministerio Público Federal.

Sin embargo, la versión ofrecida por los agentes involucrados será confrontada en las próximas horas cuando se lleve a cabo la reconstrucción de hechos y se revisen sus órdenes de trabajo en la zona, ya que los agresores de los estadunidenses Jess Hood Garner y Stan Dove Boss, y el marino mexicano han declarado que participaban en la investigación de un secuestro cometido por una banda que opera en los municipios de Huitzilac y Cuernavaca, en Morelos, entidad en la cual también opera el cártel de los hermanos Beltrán Leyva

Funcionarios que participan en el Gabinete de Seguridad Nacional señalaron que las agencias estadunidenses han solicitado al gobierno mexicano mayor seguridad para sus elementos y coordinación entre sus dependencias, ya que los marinos que acudieron al rescate de los capacitadores estadunidenses y su compañero, heridos, tardaron aproximadamente 40 minutos en llegar desde su centro de adiestramiento hasta el lugar de los hechos.

La noche del viernes, 12 elementos de la Policía Federal, presuntamente identificados como los agresores, fueron trasladados a la delegación de la PGR en la ciudad de Cuernavaca, Morelos, luego de proporcionar algunos informes al Ministerio Público Federal directamente donde –por otra parte– quedó la camioneta en la que viajaban los agentes de la DEA y el marino mexicano.

Los 12 agentes, que se encuentran en calidad de presentados, pertenecen a la Unidad Operativa de Seguridad Preventiva que tiene como base instalaciones en la delegación Tlalpan, en el Distrito Federal.

Ayer un presunto abogado de los policías federales, quien no quiso identificarse, declaró que el Ministerio Público Federal mantenía incomunicados a sus clientes y se retiró de las instalaciones de la PGR en Morelos, mientras los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública federal permanecían bajo custodia de elementos de la Policía Federal Ministerial.

La PGR podría solicitar el arraigo de los agentes de la Policía Federal, a fin de dar tiempo a que concluyan los peritajes y se aclare, entre otras cosas, por qué abrieron fuego contra un vehículo con placas diplomáticas; por qué durante la agresión estaban vestidos de civil y se transportaban en unidades particulares; por qué huyeron del lugar luego de haber disparado contra los ocupantes de la camioneta y dónde permanecieron y quién les ordenó regresar al lugar horas más tarde.

De acuerdo con la versión ofrecida por la Semar, “los hechos se registraron cuando dos funcionarios de la embajada de Estados Unidos, en compañía de un elemento de la Semar que se dirigían a una visita a instalaciones de la Armada de México en el cerro de El Capulín, municipio de Xalatlaco y fueron alcanzados –al ingresar en un camino de terracería, aproximadamente a cuatro kilómetros de la carretera libre México-Cuernavaca– por un vehículo cuyos tripulantes les mostraron armas de fuego, por lo que el conductor del automotor diplomático maniobró para evadirse y reingresar a la carretera; los agresores abrieron fuego y momentos después otras tres unidades se sumaron a la persecución y realizaron disparos”. Para la embajada de Estados Unidos en México, lo ocurrido se trató de una emboscada.

Hermetismo oficial

Ayer, las dependencias involucradas y la embajada de Estados Unidos, se mantuvieron herméticas respecto de las investigaciones y las causas de lo ocurrido. La PGR no dio a conocer el número de averiguación previa iniciada.