El encuentro se inaugura hoy bajo el lema Common Ground, con 119 participantes
La finalidad es que los especialistas demuestren su compromiso, convocándolos a salirse de presentaciones monográficas
, dice el británico David Chipperfield, director de la reunión
Miércoles 29 de agosto de 2012, p. 6
Venecia, 28 de agosto. La 13 Bienal de Arquitectura de Venecia se escucha, se toca, se siente y se mira. Algunos de los proyectos invitados a este encuentro convidan al espectador a sentarse, como en el Pabellón de Irlanda; a escuchar el movimiento dentro de un edificio o el del bosque donde hubo una batalla en la antigüedad, como parte del proyecto presentado por Case Studio Vogt, o a sentir en los pies el frío de la sal de mar, en la propuesta de Chile, y sobre todo a observar en fotografías, videos o maquetas, todas las posibilidades que ofrece la arquitectura alrededor del tema: Common Ground (Territorios comunes), que se inaugura este miércoles.
La propuesta del director de esta bienal, el británico David Chipperfield, tiene como finalidad que los arquitectos, especialistas y visitantes reflexionen acerca de la necesidad de repensar la arquitectura, que en este momento pone énfasis en acciones individuales y aisladas
, de acuerdo con un comunicado de prensa.
El tema de la Bienal fue una provocación a mis colegas para demostrar su compromiso con estos valores compartidos, convocándolos a salirse de presentaciones monográficas, y en lugar de ello hacer un retrato de sus colaboraciones y afinidades
, añade Chipperfield, quien tiene proyectos en su país natal, así como en Rusia, Marruecos, Italia, Suiza y en México una nueva galería para la Colección Jumex. Es autor, entre otros, de la renovación del Neues Museum, de Berlín.
Un llamado a involucrarse
Una parte del recinto de exhibición está dedicado justamente a presentar los 69 proyectos que forman parte de la muestra Common Ground, que se complementa con las participaciones nacionales. Aquí se encuentran las reflexiones y propuestas de Alejandro Aravena, Annete Gigon y Mike Guyer; Bernard Tschumi, Günter Vogt, Roger Diener, el estudio de Renzo Piano, Norman Foster, o el grupo Ruta del Peregrino, en el que participan de México Derek Dellekamp, Emiliano Godoy, Luis Aldrete, Rosana Montiel y Tatiana Bilbao.
Recorrer los 10 mil metros cuadrados de la Bienal lleva varias horas. Se trata no sólo de la exhibición de maquetas, sino de instalaciones que provocan al espectador a involucrarse. En el pabellón de Kosovo, por ejemplo, parte de la muestra es que el visitante observe fotografías de casas y otros inmuebles en iPads, adjudica a cada uno de ellos un estado de ánimo.
Kosovo, al igual que Perú, Argentina, Angola y Kuwait, se presentan por primera vez con un pabellón propio. En total son 55 participantes nacionales, que ocupan espacios no sólo en el Arsenal y la zona del Giardini, sino también en distintos recintos de Venecia, como en el caso de México con su pabellón en la iglesia de San Lorenzo, inaugurado el lunes.
Tan sólo en el espacio del Arsenal el recorrido toma algunas horas y vale la pena hacerlo por completo hasta llegar a la zona de los jardines, donde se encuentra el documental realizado por Wim Wenders sobre el trabajo de Peter Zumthor, y a unos pasos las esculturas de Eduardo Souto de Moura, y Álvaro Siza Vieira, quien este miércoles recibe el premio León de Oro por trayectoria.
Entre los proyectos que más llaman la atención es la maqueta que presenta Japón, que es en sí el plan de reconstrucción de la isla de Mijalo-jima, en el noroeste de Sendai, devastada por el tsunami de marzo de 2011. Con el título Architecture possible here? Home-For-All, se presenta este proyecto que tiene como base el diálogo con los habitantes de la isla. Es un ejemplo de cómo la discusión pública y estar conscientes de la topografía abre las puertas para que un lugar logre recuperarse del trauma de un desastre natural
. Con colores se presentan las zonas peligrosas de la isla, los lugares donde estaban las casas arrasadas, y los que son considerados los sitios con menos riesgos para la reconstrucción de las casas.
Este martes a mediodía se inauguró el pabellón de Italia, país anfitrión, que lleva como nombre Las cuatro estaciones, arquitectura para el sistema hecho en Italia, de Adriano Olivetti a la economía verde, con Luca Zevy como curador.
Se divide en cuatro módulos. La primera estación se titula Adriano Olivetti nostalgia por el futuro, en el que se subraya la visión del empresario –fabricante entre otros de las máquinas de escribir–, basada en que la arquitectura, la economía y el país eran una sola cosa.
Economía verde
La segunda estación es El asalto a la tierra, que habla acerca de ese periodo que comenzó en la década de los 80 cuando los proyectos se basaban únicamente en lo económico sin tomar en cuenta el paisaje. La tercera estación es Arquitectura para el sistema hecho en Italia, en el que se habla de cómo en los pasados 15 años muchas compañías italianas han decidido construir sus sedes y fábricas con diseños arquitectónicos de primera clase.
La cuarta y última estación es Re-hecho en Italia, que muestra el reto de llevar lo hecho en Italia hacia la economía verde, y reflexiona acerca de la relación entre ciudad y producción agrícola, tierra y medio ambiente.
Otros países participantes y el título de sus muestras son Albania, Heritages; Australia, Formations: new practices in Australian Architecture; Brasil, com Vivência: Lucio Costa and Mauricio Kogan; Chile, Cancha: chilean soilscapes; China, Originaire; Francia, Grands & Ensembles; Alemania, Architecture as resourse; Grecia, Made in Athens; Hungría, Spacemaker; Korea, Work in architecture; Perú, Yukún or inhabit the desert; Portugal, Lisbon ground; España, SPAINLab; Estados Unidos, Spontaneous interventions: design actions for the common ground; Uruguay, Panavision: various practices, common views, y Venezuela, La ciudad socializante versus La ciudad alienante.