Madrid, 31 de agosto. El Banco de España informó que la fuga de capitales en los seis primeros meses del año fue de 219 mil 817 millones de euros, la cifra más alta en la historia del país y que contrasta con la baja entrada de dinero en el mismo periodo, que sólo fue de 22 mil millones de euros. Es decir, por cada euro que entra al país salen 10, tanto de capital extranjero como de los propios ahorradores españoles, que han preferido guardar sus ahorros e inversiones en países con mayor estabilidad. España podría convertirse en las próximas semanas en el cuarto país de la Unión Europea en solicitar un rescate, después de Portugal, Grecia e Irlanda.

La economía española está cada día en peor situación, afectada ya no solo por la crisis del euro y la profunda recesión que tiene paralizada su economía, sino también por la falta de confianza de los inversionistas extranjeros y locales. Tras la llegada al poder del conservador Mariano Rajoy, quien en campaña prometió la solución a la crisis con el solo cambio de gobierno, la fuga de capitales ha ido en aumento, hasta alcanzar cifras históricas que confirman la deriva crítica del país.

España es el país europeo con la tasa de desempleo más alta, con un 24,5% de la población activa, lo que se traduce en cinco millones 800 mil personas. Además la economía entró en recesión el primer trimestre del año y se prevé que así se mantenga hasta el segundo semestre del 2013, una vez que las severas medidas de ajuste y de recortes del gasto público emprendidas por el gobierno provocarán una merma en el consumo y en la actividad comercial.

Pero el temor que más ahuyenta a los inversionistas es el que se refiere al sistema bancario y financiero, asfixiado por los numerosos productos tóxicos que proliferaron en las décadas de la burbuja inmobiliaria y que llevaron a la economía española a una situación tan dramática. A la espera de que se inicie el rescate de varios bancos, para lo que la Unión Europea ya aprobó un fondo de urgencia de 100 mil millones de euros, el resto del sistema bancario está afectado por sus propias operaciones inmobiliarias y por la compra, en los últimos meses, de bonos públicos del Tesoro español para mantener a flote la economía y siempre bajo el paraguas del Fondo de Reestructuración Bancaria (FROB).

El dato que mejor explica la merma en la credibilidad del sistema financiero y de España como un destino de la inversión extranjero es la fuga de capitales, que solo en junio superó los 56 mil millones de euros, mientras que en mayo fue 41 mil millones. Y de nuevo el contraste con las entradas de capital, que fueron de solo siete mil millones.

La mayor salida de capitales en el primer semestre se registró en las inversiones de cartera, hasta los 84 mil 357.7 millones de euros, superando con creces los 13 mil 991.9 millones del año anterior.

Mientras se registran estos datos calamitosos, el gobierno de Rajoy aprobó la tercera reforma financiera en solo siete meses, al asegurar que esta sí es la definitiva, y en la que se prevé la formación de una especia de banco malo, en el que se concentrarán los productos nocivos para el sistema financiero. La respuesta del mercado bursátil fue una nueva alza a la prima de riesgo, que llegó hasta los 555 puntos, lo que se traduce en un pago de intereses del bono a 10 años arriba de 6.7 por ciento.