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La fotógrafa Eugenia Arenas expondrá en el Salón Los Ángeles, por 75 años del recinto

En el cabaret hay historias tan fascinantes como espeluznantes

“Para la muestra seleccioné lo más representativo del ambiente, como el padrote y el baile de cartón de cerveza”

La artista ha recorrido con su lente El Run Run y El Bombay

Foto
Imagen que forma parte de la muestra Amor de cabaret, de Eugenia Arenas, que se inaugura el 4 de septiembre
 
Periódico La Jornada
Sábado 1º de septiembre de 2012, p. 7

La exposición Amor de Cabaret, de la fotógrafa mexicana Eugenia Arenas, llega a el Salón Los Ángeles como uno de los actos centrales del 75 aniversario del emblemático centro de baile, así como prolongación/extensión de sus exitosas muestras Las reinas del Bombay (2004), Los secretos del Run Run (2005) y Amor de cabaret, la noche de México (2006), trilogía donde la aventura nocturna recupera su estética, hace un testimonio y documenta la memoria de estos lugares.

En entrevista con La Jornada, Eugenia Arenas confesó que para Amor de cabaret seleccionó 25 de las 60 imágenes que integran este trabajo antropológico/visual: “Seleccioné lo más representativo del ambiente de cabaret, como la foto del padrote, el clásico baile de cartón de cerveza, las chavas esperando... en fin las que reflejan los códigos del cabaret”.

Ahora llega al Salón Los Ángeles, propiedad de Armida y Miguel Nieto, quienes consideran que la ciudad de México es diversa y que un icono de la cultura citadina –como el sitio que administran– presenta diversas expresiones de lo que ha sido la urbe. En este contexto, dice Nieto que esta exposición de Eugenia Arenas es especial porque nos remite a una época que ya no existe. Esos cabarets se han perdido y estas fotos son hermosos vestigios de una época que floreció en la ciudad.

El derecho al trabajo

En un país sumergido en una crisis atávica, Eugenia Arenas reivindica el derecho al trabajo, a ejercer con libertad y sin satanizaciones un oficio al que algunas se ven obligadas o deciden practicar –porque son padre y madre a la vez–, porque alguien las colocó en el mercado del amor comprado, porque con el tiempo una que otra le agarró amor al trabajo, sin perder la nobleza que da bailar para comer y beber para olvidar.

En opinión de Arenas, el Salón Los Ángeles juega un papel muy importante en toda esta cultura, porque ha subsistido como lugar de baile y es parte de lo mismo: la esencia del cabaret donde hombres asistían a bailar con las mujeres, compraban una ficha y la intercambiaban por un baile. En cuanto al ambiente, a la esencia, no es tan diferente a los cabarets.

Eugenia Arenas confesó que hacer estas placas se centró en las mujeres que trabajaban y encontró historias personales, mujeres que también son madres, abuelas, estudiantes... los meseros que atendían, los que prestaban su servicio en los baños, los clientes.

Creo que, en resumen, es un reportaje que evoca los buenos recuerdos de esa época, agregó y luego dijo: Aparte, todas estas personas tienen una historia detrás de ellas; algunas son fascinantes y otras espeluznantes, dijo Arenas.

Cabe mencionar que este trabajo de Eugenia Arenas se ha presentado, además, en las ciudades españolas de Cádiz y Madrid, así como en San Petesburgo y en el Palacio Yauza de Moscú, ambas en Rusia, donde mostró con gran éxito el trabajo que realizó durante los años pasados para rescatar y hacer memoria de los cabarets mexicanos. Incluso, en Moscú se presentó con dos exposiciones de las revoluciones de Rusia y México; era inconcebible la dinámica de los cabarets, inexplicable que alguien asistiera a un lugar y pagara por bailar con una mujer, confesó Arenas.

Además la fotógrafa presentó esta muestra con gran éxito en 2006 en San Francisco, y durante la primavera de 2007 en Los Ángeles, California.

Para Arenas, el encanto de esta obra está “en recoger y evocar cómo se divertía la gente en México desde hace 50 o 60 años. A mí me inspiró mucho el trabajo de nuestros grandes fotógrafos, pero lo determinante fueron las películas del cine nacional como Aventurera y Salón México, afición que culminé conociendo los cabarets desde muy chava. Visité el Catacumbas, lugar que te embruja inmediatamente o te repele de forma instantánea. Por mi parte, me quedé para siempre. Después visité los demás lugares que aún sobrevivían, como el Bombay, el Run Run, La Perla y Barba Azul. Creo que el hitazo de este trabajo es la evocación que hago de esos lugares, porque las personas que vivieron esa época se la pasaron tan bien porque iban a bailar, a tomar un trago, a ligar o a tocarle las nalgas a las mujeres; entonces vuelven a vivir ese tiempo”.

Agrega: “Así que cuando me piden que monte la exposición en alguna parte, yo encantada. Creo que nadie había dejado un testimonio y sobre todo porque lo hice dándoles a sus habitues la dignidad que merecen las ficheras, los cabarets, los bailadores, las orquestas en vivo... darles una voz para que no desaparezcan los pocos que aún perviven, porque ahora ya todo cambió con el table dance”.

Por su lado, Miguel Nieto dijo sobre la exposición: Es un hermoso vestigio de un México que ya no existe.

Amor de cabaret, muestra integrada por 25 imágenes, será inaugurada el próximo martes 4 de septiembre a las 18:30 horas en el Salón Los Ángeles, con la participación de Yolanda Montes Tongolele, Rosa de Castilla, Ringo Mendoza y Néstor López Aldeco.

Además, otra parte de la obra de Eugenia Arenas se presentará el 21 de septiembre en el Centro Cultural Jaime Sabines.