Madrid, 6 de septiembre. La canciller alemana, Angela Merkel, visitó por primera vez España desde la elección del conservador Mariano Rajoy, en una cumbre bilateral marcada por el eventual rescate financiero del país ibérico y las condiciones que se impondrán desde las instituciones bancarias europeas. La dirigente alemana –que tiene el mayor peso en el seno de la Unión Europea (UE)– aseguró que las reformas emprendidas por su homólogo español están en la senda correcta para recuperar la confianza de los mercados, y aseguró que no viene a imponer recetas ni condiciones.

Mientras el Banco Central Europeo (BCE) informó que a partir de ahora comprará sin límites deuda de los Estados miembros, bajo severas condiciones, en La Moncloa, sede oficial del Ejecutivo español, se reunieron los representantes de ambos gobiernos junto con una nutrida representación del sector empresarial de los países.

La cumbre bilateral intentó suavizar las tensiones que habían surgido entre estos gobiernos en las últimas cumbres europeas, siempre por el mismo motivo: las salidas a la crisis y las condiciones del rescate financiero aprobado para España, que tiene como límite 100 mil millones de euros.

El gobierno español, con Rajoy y su ministro de Economía, Luis de Guindos, explicaron a los representantes alemanes los numerosos recortes emprendidos en los últimos siete meses, en los que han mutilado importantes servicios públicos como la salud y la educación, además de reducir el número de funcionarios públicos, recortar salarios, aumentar la carga impositiva (incluido el IVA) y las tres reformas financieras aprobadas en menos de seis meses.

Aunque lo negaron en la rueda de prensa posterior, el encuentro estuvo marcado por la situación que vivirán Europa y España una vez que el gobierno de Rajoy solicite el rescate financiero, que se destinará casi en exclusiva a depurar los principales bancos del país, asfixiados por su mala praxis de las últimas décadas con la burbuja inmobiliaria como fuente de créditos tóxicos.

Una de las cuestiones que más alarman a los partidos de oposición es que, finalmente, el gobierno de Rajoy termine cediendo a las imposiciones de Alemania y de la troika europea y decida reducir las pensiones, lo que supondría ahora sí el incumplimiento de todas sus promesas electorales y la aplicación de un modelo que en menos de siete meses ya ha afectado, para mal, a todos los sectores de la economía y de la sociedad. Rajoy lo negó y afirmó que las pensiones no se tocarán.

Mientras, Merkel reconoció que regresa a su país impresionada por el ritmo y la consistencia de las reformas puestas en marcha por el gobierno de Mariano Rajoy, que aunque es un trecho difícil, estoy profundamente convencida de que la senda emprendida es la correcta.

Además, negó que durante el encuentro hayan abordado las condiciones del rescate: Hemos hablado sobre lo que se está llevando a cabo, pero no hemos comentado para nada posibles condiciones. Los líderes políticos no están para valorar cuándo los tipos son demasiado elevados o no, sino para hacer los deberes políticos para recuperar la confianza en el euro y que los mercados internacionales tengan la confianza en que los Estados cumplirán sus compromisos. Todas las medidas que sirven a la estabilidad del valor del dinero, que es de lo que hablamos en el BCE, no pueden suscribirse a la voluntad política. Por eso es importante que nosotros, como políticos, hagamos nuestros deberes. Y que los hagamos de forma tan creíble que los mercados recuperen su confianza en nosotros, sostuvo.