Economía
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Los riesgos financieros globales podrían hasta empeorar, dice G-20
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Manuel Ramos Francia, subsecretario del Banco de México, y Gerardo Rodríguez Regordosa, subsecretario de Hacienda, en la conferencia de prensa de ayer. Ramos Francia relató que en la reunión de viceministros y subgobernadores de bancos centrales del G-20 se destacaron los importantes riesgos que presenta la economía mundial. Enumeró entre los peligros la situación por la que atraviesa la zona euro; las decisiones que debe tomar Estados Unidos sobre el grado e intensidad de la consolidación fiscal para 2013 y la discusión sobre el techo de endeudamiento, así como la desaceleración en diversos países, particularmente entre las economías emergentes más importantes. Estos riesgos por diferentes razones tienden a retroalimentarse y por lo tanto aumentar su probabilidad de ocurrencia, explicóFoto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Martes 25 de septiembre de 2012, p. 28

El G-20 planteó un panorama sombrío, sin posibilidad de que la economía mundial logre un crecimiento de 3 a 3.5 por ciento en 2012, porque los riesgos financieros globales permanecen y hasta podrían empeorar. En conferencia para dar a conocer las conclusiones de la reunión de viceministros y subgobernadores de bancos centrales del G-20, Manuel Ramos Francia, subgobernador del Banco de México, consideró que las medidas adoptadas la semana pasada por el Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal (FED) de Estados Unidos son temporales y sólo permitirán comprar tiempo, mientras se encuentran medidas más sólidas y permanentes, de efecto más duradero y efectivo para promover la inversión y la recuperación del empleo. El subsecretario de Hacienda, Gerardo Rodríguez Regordosa, dijo que en los encuentros del fin de semana se acordó que el grupo de las 20 economías más grandes del mundo definan medidas conjuntas para reducir los precios de los productos agropecuarios y energéticos, impulsar la competitividad y la productividad, y proteger a las clases de menores recursos del impacto sobre su poder adquisitivo del aumento de precios de los alimentos. No hay solución mágica con relación a los elevados precios, más allá de fomentar que exista una capacidad de reacción de la oferta a las señales de los precios, y ello requiere agregar algo de flexibilidad al funcionamiento de los mercados, tanto donde se expenden los productos, como de financiamiento a las actividades agropecuarias.