La cifra de migrantes centroamericanos desaparecidos en territorio mexicano durante su trayecto a Estados Unidos puede superar las 2 mil personas debido a que muchas familias no se atreven a denunciar su situación por medio a represalias, reconoce información oficial de los gobiernos de Guatemala, El Salvador y Honduras.

Cada año, millones de centroamericanos utilizan México para llegar a Estados Unidos y muchos no lo logran, pues son secuestrados, asaltados o asesinados. Aunque tratamos de llevar un registro de los que se van, son cada vez más frecuentes los casos de aquellos que desaparecen en el trayecto, sostiene el texto mediante el cual solicitan mayor colaboración del gobierno mexicano a efecto de agilizar la identificación y traslado de restos a su lugar de origen.

Estos países centroamericanos convienen en que desde que se encontraron los cuerpos de 72 migrantes asesinados por la delincuencia organizada en San Fernando, Tamaulipas, la lista de centroamericanos desaparecidos en territorio nacional ha superado oficialmente la centena. De acuerdo con las cifras, 53 son guatemaltecos, 40 hondureños y 22 salvadoreños, que son aquellos por quienes sus familias han solicitado la intervención del gobierno del presidente Felipe Calderón para ser ubicados.

Para ello, ya se cuenta con pruebas de ADN que permiten a un grupo de forenses llevar a cabo la búsqueda en territorio mexicano para tratar de dar respuesta a la solicitud que han girado los gobiernos de los países mencionados.

El documento señala que el equipo de antropología forense ha logrado identificar hasta el momento 15 cuerpos cuyos restos serán trasladados a sus lugares de origen.

Guatemala, El Salvador y Honduras admiten que aún cuando el flujo de migrantes hacia Estados Unidos ha caído al nivel más bajo en los últimos 30 años, México continúa siendo el paso imprescindible para millones de indocumentados que año con año intentan llegar al vecino país del norte aún cuando en esta travesía arriesgan la vida al ser víctimas de organizaciones del crimen organizado así como de las autoridades policiales y de migración.

Especialistas en materia de derechos humanos en México y Centroamérica lamentan que a pesar de los compromisos adquiridos por el gobierno de México para garantizar la protección de los migrantes en su camino hacia Estados Unidos, la realidad es que se han multiplicado las fosas clandestinas desde la frontera con Belice y Guatemala hasta el Río Bravo y no se prevé que la violencia en contra de los migrantes se reduzca. El temor, agrega, es que la inseguridad tienda a ser aún mayor como lo evidencia el hecho de que el gobierno de México ha sido incapaz de dar seguridad a sus propios ciudadanos lo que deja a los migrantes en un estado de indefensión que no se había conocido en la historia reciente.