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A debate, plan municipal de desarrollo urbano que, según expertos, afectaría zonas forestales

Contaminación y urbanismo ponen en riesgo viabilidad de cuenca Valle de Bravo

Hay que resolver asuntos que amenazan la riqueza ambiental y cultural: Observatorio ciudadano

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Desde el malecón principal se ven las casas blancas con tejas color terracota, que cada vez se extienden más hacia las montañas, que así van perdiendo vegetación.Foto María Meléndrez Parada
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Otro problema es la contaminación del agua. Cuando el río atraviesa el pueblo, prácticamente lleva aguas negrasFoto María Meléndrez Parada
Enviada
Periódico La Jornada
Lunes 1º de octubre de 2012, p. 41

Valle de Bravo, Edo. de México. Alrededor de la principal presa que abastece de agua potable al Distrito Federal, y a municipios de esta entidad, están las casas de descanso de habitantes del valle de México, que se cotizan en dólares. Lanchas, restaurantes y locales comerciales proliferan alrededor del lago.

Este vaso de agua, por el que navegan lanchas turísticas y cuya vista eleva el valor de las casas, almacena el líquido que cada segundo se envía a la planta de Berros para su potabilización. Aquí no sólo se concentra el agua de lluvia, sino también las descargas de aguas residuales de dos ríos que cruzan la zona urbana, que cada vez se extiende más.

Los cauces Tizates y Amanalco desembocan en la presa; en la orilla del lago, cerca del malecón principal, se advierte una descarga de aguas pestilentes que fluye constantemente.

Construida en 1947 como parte del sistema hidroeléctrico Miguel Alemán, la presa Valle de Bravo, con capacidad para almacenar 394 millones de metros cúbicos, ahora es parte del sistema Cutzamala –el cual fue puesto en marcha en 1982–, que en total cuenta con siete presas y del que se envían 14 mil 500 litros por segundo de agua potable a nueve delegaciones del Distrito Federal y 13 municipios mexiquenses.

Valle de Bravo tiene una población de 61 mil habitantes y hay 14 mil 838 viviendas particulares, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Hay 258 kilómetros cuadrados de bosques y una superficie de 90 kilómetros cuadrados se destina a la agricultura. Las principales siembras son de maíz, avena, frijol y tomate verde.

En la cuenca alta y baja hay un uso inadecuado de agroquímicos, estimado en 2 mil 250 toneladas por hectárea al año, provenientes de un sistema de riego que drena las aguas a la presa de Valle de Bravo, indica el documento El valor estratégico de la cuenta de Valle de Bravo Amanalco, estado de México, como factor para la incorporación regional y global, de Orlando Chacón.

Hay descargas de aguas residuales en la presa que tienen origen en las ciudades Amanalco y Valle de Bravo, donde habita 50 por ciento de la población total de toda la cuenca, y hay vertimientos de desechos sólidos en cauces y manantiales, agrega.

Aquí, la principal actividad económica es el turismo; se trata de visitantes de fin de semana que tienen casas de descanso. Las semanas de junio y julio pasados, cuando la Comisión Nacional del Agua (Conagua) cerró la presa a la navegación debido a la presencia de una especie de alga denominada geosmina, que se propagó por el cuerpo de agua, los prestadores de servicios turísticos se quedaron sin empleo y desesperados ante la falta de ingresos.

El libramiento agrandará la mancha urbana

Desde el malecón principal se ven las casas blancas con tejas color terracota que cada vez se extienden más hacia las montañas que rodean la presa. Si las casas tienen vista al lago, tienen más valor, señala Horacio Bonfil, del Observatorio ciudadano cuenca Amanalco Valle de Bravo.

Hay problemas de contaminación de suelo, de agua, y hay un gran crecimiento urbano, explica. La construcción del libramiento a Valle de Bravo, que comenzó a funcionar hace unos meses, fue un parteaguas. Desatará el crecimiento de la mancha urbana. Con esta nueva vía la llegada a Santa Fe, Distrito Federal, desde la cabecera municipal, se estima en una hora y 20 minutos, precisa Bonfil.

Durante un recorrido por la cabecera municipal, se observan nuevas construcciones y venta de propiedades.

En la carretera entre Valle de Bravo y Amanalco, en la zona conocida como La Cascada, hay una gran propiedad cercada con malla ciclónica con los números de dos oficios de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales Dfmarnat/2553/12 y DFMarnat/2239/12, que autorizan el retiro de arbolado mixto en pie y plagado, según se lee en un letrero colocado en uno de los accesos.

Entre los pobladores corren versiones de que allí se construirá un campo de golf y hoteles.

La explicación que se dio sobre estas actividades en el municipio fue que era para remover suelos, y se desconoce quién o cuál empresa hace estos trabajos, indica Gabriel López, abogado del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda).

Otro problema, explica Bonfil, es la contaminación del agua; hace falta un plan de saneamiento de la cuenca.

En el municipio hay una planta de tratamiento de aguas residuales con dos módulos para tratar 150 litros por segundo, con lo cual se solucionaría el problema. Pero hay zonas que no tienen drenaje y, como no se separa éste de la lluvia, cuando llueve intensamente el agua se va a la presa.

Debajo de un tramo de la avenida La Costera pasa el río Tizates, pequeño cauce de flujo constante que atraviesa la ciudad. Cuando llega a la planta de bombeo número 4 de la Conagua, la cual tiene una fuga de aguas negras que no alcanza a bombear hacia la planta de tratamiento, el líquido se vuelca sobre el cauce, cuyo destino final es la presa. Cuando este río atraviesa el pueblo prácticamente lleva aguas negras, indica Bonfil.

Alrededor del vaso hay casas particulares. Están Valle de Bravo y Avándaro. Quedan pocas áreas de la circunferencia de la presa que no son propiedad privada.

Hay crecimiento urbano, faltan servicios, las autoridades locales están rebasadas, y todo esto pone en riesgo la viabilidad de la cuenca, sostiene.

Actualmente está a debate la propuesta del plan municipal de desarrollo urbano, en el cual integrantes del Observatorio Ciudadano de la Cuenca Valle de Bravo-Amanalco solicitaron a las autoridades de los tres niveles de gobierno no aprobar este plan si no se resuelven puntos que amenazan la riqueza ambiental y cultural de la zona.

Entre estos puntos están que la propuesta del plan prevé la creación de nuevas zonas urbanas y urbanizables dentro de zonas descritas por la ley como no urbanizables, sobre todo en áreas naturales protegidas de carácter federal, zonas de recarga de mantos acuíferos, zonas forestales y áreas de alto valor ambiental previstas en el Programa Regional de Ordenamiento Ecológico de la Sub Cuenca de Valle de Bravo-Amanalco.

Se plantea un nuevo uso de suelo denominado Zona de Aprovechamiento Controlado Forestal y Agrícola en siete diferentes lugares del municipio, mismos que podrían ser incompatibles con las políticas ambientales que contempla el Programa de Ordenamiento Regional, la legislación ambiental y el decreto del Área de Protección de Recursos Naturales.

También se propone la construcción de dos complejos de casas en las comunidades El Arco y El Fresno como solución a la demanda de vivienda popular en el municipio.

Las áreas seleccionadas para estas obras no cuentan con servicios adecuados ni suficientes, por lo que el transporte sería un gran problema, debido a la lejanía del casco urbano, y promovería ciudades dormitorios, advierten las organizaciones.