Discrepan gobierno de Michoacán y padres sobre ubicación definitiva de la escuela
Miércoles 3 de octubre de 2012, p. 38
Morelia, Mich., 2 de octubre. Una semana después de que unos 240 niños y adolescentes de La Nueva Jerusalén iniciaron el ciclo escolar en el poblado vecino de La Injertada, este día se suspendieron las clases nuevamente. Los padres de familia no llegaron a un acuerdo con el gobierno estatal sobre dónde se ubicará la escuela que remplazará la que fue destruida hace tres meses por un grupo de fanáticos religiosos.
En entrevista telefónica, el representante de los padres de familia, Emiliano Juárez Damián, manifestó que tras la reunión con funcionarios de la Secretaría de Gobierno, el lunes, no llegaron a un acuerdo, pues la administración estatal insiste en construir las aulas definitivas en La Injertada y los padres exigen que sea en La Nueva Jerusalén.
Sin embargo, comienza a haber diferencias entre los afectados. Unos quieren que sus hijos sigan en las aulas provisionales de La Injertada para no perder tiempo mientras se negocia con el gobierno estatal. Otros se manifestaron a favor de que los niños no vayan a la escuela hasta que el secretario de Gobierno, Jesús Reyna García, se comprometa por escrito a construir el plantel en La Nueva Jerusalén.
Las aulas provisionales se encuentran a un kilómetro del poblado y los niños deben cruzar un arroyo que se vuelve peligroso cuando bajan corrientes de agua de las montañas. Además, los inconformes no quieren que sus hijos causen problemas a sus vecinos de La Injertada o que pueda haber un enfrentamiento con quienes destruyeron la escuela.
Juárez Damián manifestó que los padres de familia exigieron que se castigue a quienes destruyeron el plantel donde sus hijos tomaban clases de prescolar, primaria y telesecundaria. Fueron identificados; han pasado casi tres meses y no se ha detenido a nadie
, señaló.
Reiteró que el conflicto en ese poblado del municipio de Turicato no es religioso ni por poder, y que los disidentes sólo quieren que los respeten, que dejen que sus hijos vayan a la escuela y no invadan sus propiedades.
La situación se volvió crítica en 2007, cuando los sucesores del patriarca Nabor Cárdenas (Papá Nabor) cometieron una serie de atropellos, por lo cual unas 800 personas se separaron de la congregación religiosa, que proscribió la educación laica.
Los disidentes construyeron la escuela Vicente Guerrero; sin embargo, por órdenes de la Virgen
los seguidores del líder que se hace llamar Martín de Tours la destruyeron el 6 de julio.