Apoyado por socialdemócratas, el gobierno de Passos Coelho sobrevivió a dos mociones de censura
El ministro de Finanzas presentó nuevo plan de ahorro que incluye aumento de varios impuestos
Viernes 5 de octubre de 2012, p. 34
Lisboa, 4 de octubre. El cuestionado gobierno de Portugal sobrevivió hoy a dos mociones de censura presentadas por dos partidos de izquierda contra sus políticas de austeridad, un día después de que anunció nuevas medidas.
Dichos recursos de inconformidad fueron rechazados por los socialdemócratas del primer ministro Pedro Passos Coelho y sus aliados conservadores. Las dos agrupaciones gozan de mayoría absoluta en el Parlamento. El Partido Socialista –el principal opositor– se abstuvo en la votación.
El gobierno de Portugal presentó este miércoles un nuevo plan de ahorro que contempla aumento del impuesto sobre la renta, tras las últimas protestas masivas por la política de recortes del gobierno.
Portugal renunciará a algunas medidas controvertidas que había anunciado para 2013, dijo el ministro de Finanzas, Vítor Gaspar, quien precisó que, por ejemplo, el gobierno prescindía del controvertido aumento de los aportes sociales de 11 a 18 por ciento.
Para compensar esta decisión, el funcionario señaló que habría un enorme aumento
de impuestos, pero aseguró que estos significarían una distribución más equitativa de los sacrificios que se están pidiendo a los 10.5 millones de portugueses.
En todo caso –precisó–, se subirá cuatro puntos el gravamen sobre los ingresos –de 9.8 a 13.2 por ciento– así como el relativo al capital, la propiedad, los bienes de lujo, el tabaco o las transacciones financieras.
La Confederación General de Trabajadores de Portugal (CGTP) convocó a una huelga general para el 14 de noviembre, en repudio a estos aumentos. Se trata –indicó– de una reacción a las mentiras
del gobierno de centroderecha, que prepara una desenfrenada explotación de los trabajadores
.
El gobierno anunció también el miércoles aumentos de los impuestos sobre capital, patrimonio, tabaco, transacciones financieras y artículos de lujo, y también medidas para combatir la evasión fiscal.
Las medidas habían recibido ya luz verde
de la llamada troika de acreedores internacionales, compuesta por la Unión Europea (UE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que concedió a Portugal en 2011 un paquete de ayuda de 78 mil millones de euros.
El nuevo paquete de ahorro no sólo fue criticado por los sindicatos y los partidos de izquierda, sino por el moderado Partido Socialista, la principal fuerza de oposición, que lo calificó de nuevo ataque brutal contra la clase media
.
Asimismo, agrupaciones de empresarios advirtieron que las nuevas medidas iban a causar un aumento de la recesión, que en este año será de más de 3 por ciento.
Durante mucho tiempo Portugal tuvo un gran éxito en el saneamiento de sus finanzas.
En 2011, el país consiguió bajar su déficit fiscal a 4.4 por ciento (en 2009 y 2010 había estado cerca de 10 por ciento), superando las metas establecidas junto con los acreedores.
Sin embargo, en agosto el Ministerio de Finanzas admitió que en vista de una gran caída de los ingresos impositivos causada por la fuerte recesión, no se iba a conseguir cumplir con el objetivo del déficit presupuestario de 2012 sin medidas de ahorro adicionales.
Ante este trasfondo, la troika otorgó a Portugal un año más de plazo para sanear sus finanzas públicas, hasta 2014.