Presentan resultados del programa para reducir 30% mortalidad por accidentes de tránsito
Hay 27 millones de bebedores de 12 a 65 años, de los cuales 4 millones son dependientes
Aunque 27 entidades cuentan con leyes que regulan la venta de éstas no siempre se aplican
Viernes 5 de octubre de 2012, p. 43
El abuso en el consumo de alcohol representa la cuarta causa de muerte en México y está asociado con más de 60 enfermedades en jóvenes y adultos jóvenes.
Entre los primeros, de 15 a 29 años de edad, la segunda causa de defunción son los accidentes de tránsito por conducir en estado de ebriedad. Neurólogos y siquiatras advirtieron sobre los riesgos de enfermedad que, además del hígado, incluye daño renal y del páncreas; en los casos más graves, los males llegan al cerebro y generalmente son irreversibles.
Durante el foro conmemorativo del 75 aniversario de la Sociedad Mexicana de Neurología y Siquiatría se presentaron los resultados en el Distrito Federal del programa Conduce sin Alcohol, sobre todo para reducir 30 por ciento la mortalidad a causa de accidentes de tránsito.
Nora Leticia Frías Melgoza, subsecretaria de Participación Ciudadana y Prevención del Delito de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal, expuso que en el país hay 27 millones de bebedores de 12 a 65 años de edad, de los cuales 4 millones ya tienen dependencia.
Dato revelador de la permisividad social para la ingesta de alcohol lo da el hecho de que entre los adolescentes, 68 por ciento de los varones y 60 por ciento de las mujeres ya han consumido alguna bebida embriagante.
La funcionaria advirtió sobre las graves consecuencias del consumo nocivo de licores y cervezas. A causa de percances viales donde hay presencia de alcohol, todos los días mueren 55 personas en el lugar de los hechos, más de 2 mil son hospitalizadas y de éstas 110 quedan con discapacidad permanente, dijo.
Bernardo Tanur, jefe de Calidad del Centro Médico ABC, advirtió que el impacto más visible del consumo nocivo del alcohol es social, aunque el aspecto clínico no debiera dejarse de lado. Comentó sobre los daños que sufre el hígado, órgano que puede ser afectado también por niveles elevados de colesterol, triglicéridos y por alcoholismo.
Entre los individuos obesos, dijo, si bien desarrollan hígado graso, tal vez no les pasaría nada, pero cuando le agregan bebidas embriagantes en exceso, en el transcurso de seis meses a un año ya tienen cirrosis hepática, enfermedad incurable que también está entre las principales causas de defunción entre varones.
En cuanto a la afectación del sistema nervioso central, Francisco Schnaas, siquiatra y presidente de la Sociedad de la materia, explicó que el primer síntoma es el delirium tremens, el cual se presenta cuando un bebedor repentinamente deja de consumir y al cabo de tres o cuatro días presenta convulsiones y pensamientos negativos, entre ellos que alguien lo quiere envenenar o matar. Luego sigue la alucinosis alcohólica: los enfermos escuchan voces, y en una tercera etapa aparece la sicosis con dificultades para mantener el equilibrio y fallas de memoria importantes, al grado de no poder recordar qué desayunaron y en ocasiones tampoco pueden decir dónde se encuentran. Una vez que los pacientes presentan alucinaciones los daños al sistema nervioso central son irreversibles.
Con relación a los tratamientos clínicos para curar la adicción al alcohol, los siquiatras comentaron sobre los avances en esta área, la importancia de las terapias sicológicas y el apoyo familiar para lograr la recuperación del paciente.
El gobierno federal ha hecho poco para reducir los niveles de consumo nocivo, pues aunque 27 entidades tienen leyes que regulan la venta de alcohol, la garantía de su aplicación se limita a algunas disposiciones reglamentarias dispersas, apuntó Frías Melgoza.
Al referirse a los resultados del programa Conduce sin Alcohol, cuya principal estrategia es el alcoholímetro, la funcionaria comentó que desde 2003, cuando entró en operación, se han realizado 410 mil pruebas a los automovilistas y 109 mil remisiones a los centros de sanciones administrativas El torito.
Entre 2003 y 2011, se redujo 30 por ciento la mortalidad al pasar de 640 a 149 fallecimientos en accidentes de tránsito en la capital del país.