La reacción fisiológica no es prueba concluyente para detectar mentiras: neurólogo
Domingo 7 de octubre de 2012, p. 34
El sudor de las manos o las plantas de los pies responde a emociones de los individuos, pero también a otros estímulos como toser, reír o incluso llorar, por lo que no debería utilizarse más como detector de mentiras en investigaciones policiacas.
Hace varios años dejó de ser la prueba de la verdad
en varios países, incluido Estados Unidos, pero en México se sigue usando, afirmó el neurólogo Bruno Estañol Vidal.
Se ha demostrado, en cambio, dijo Estañol, la utilidad de esta respuesta simpática de la piel en el diagnóstico de tipos poco comunes de neuropatía, como la que pueden presentar enfermos de cáncer o con algún padecimiento autoinmune.
El especialista participó en el foro conmemorativo del aniversario 75 de la Sociedad Mexicana de Neurología y Siquiatría, donde hizo una amplia explicación de esta reacción fisiológica, la cual fue identificada en 1890 por el científico ruso Iván Tarchanoff.
Señaló que es una respuesta eléctrica que se genera en el tejido adyacente de la epidermis y a través de las glándulas ecrinas. Aunque las glándulas sudoríparas tienen una utilidad para la vida, pues llevan a cabo la regulación térmica, también forman parte de la respuesta simpática de la piel; no obstante, la sudoración en las palmas de las manos y las plantas de los pies se ha vinculado más estrechamente a respuestas emocionales del organismo.
Esta es la base del funcionamiento del polígrafo. Se suponía que si durante el interrogatorio una persona se ponía nerviosa y le sudaban las manos, esto se debía a que estaba mintiendo. Ya está demostrado, explicó Estañol, que el nerviosismo y la sudoración de extremidades pueden tener origen en otras razones, por el interrogatorio mismo o la temperatura ambiente.
De hecho, el miedo y la ansiedad provocan la secreción de sudor en las palmas de las manos y la cara.
Durante el foro, que tuvo lugar en el Hospital General de México, el especialista señaló que desde la perspectiva científica, la localización de presuntos responsables de ilícitos mediante el detector de mentiras es insostenible porque no responde a los conceptos de sensibilidad y especificidad.
La primera tiene que ver con la posibilidad de que una prueba sea positiva en una enfermedad determinada, como la medición de glucosa para diabetes.
Esta es una prueba sensible. Luego viene la especificidad, es decir, que la misma prueba (de medición de niveles de azúcar en sangre) dé resultados diferentes en individuos sanos.
En el caso del polígrafo, el reflejo sicogalvánico siempre está presente; es una reacción del organismo a diferentes estímulos y por ello no se puede afirmar que aparezca porque la persona miente.
Significa, agregó el neurólogo, que si esta reacción se sigue utilizando en investigaciones policiacas, las autoridades están muy confiadas en las habilidades del personal que la aplica para identificar los cambios emocionales y las respuestas de los interrogados.
En cambio, aseveró Bruno Estañol, en el ámbito de la medicina, el reflejo sicogalvánico ha resultado de utilidad para identificar alteraciones en las fibras muy pequeñas (simpática C) que dan como resultado un tipo de neuropatía.
Los afectados sienten que les arde la piel, pese a que en los estudios clínicos no se observa ninguna anormalidad. Señaló que aunque el padecimiento es muy frecuente, se diagnostica muy poco; además, se le asocia con padecimientos reumáticos y se presenta en pacientes que han recibido un trasplante de órgano, entre otros.