México vive un momento muy especial, acaba de pasar un gran movimiento que ha sacudido a la sociedad este año, dice el narrador e historiador Francisco Pérez Arce, autor de Xalostoc (Ítaca), novela que mañana será presentada en la librería Octavio Paz del Fondo de Cultura Económica.

Esto va a ser recordado mucho tiempo. La campaña electoral de López Obrador, la existencia de Morena como figura política distinta a la de partido... y luego surge el movimiento #YoSoy132. En este periodo tan especial, la referencia a otros momentos parecidos tiene mucho sentido, señala en entrevista con La Jornada el autor del libro que recrea los años de la insurgencia sindical.

Narrado en dos planos temporales, con esta obra el autor recupera la agitación obrera durante los años 70, cuando se hubo una oleada de huelgas y cuyo ejemplo es el sindicato de electricistas dirigido por Rafael Galván, y esto lo entreteje con la vida de algunos activistas sindicales en 1992, luego de 17 años, inmersos por accidente en una trama con rasgos de novela negra.

Xalostoc es el nombre de un barrio obrero y zona industrial cercano a la ciudad de México, donde se ubica la trama que se refiere a una huelga real, la de Spicer. Sin embargo, Pérez Arce entra al terreno de la ficción donde el protagonista, Martín Médanos, es su alter ego.

Esta novela cierra una trilogía, las otras son Hotel Balmori y Septiembre, cuyo eje –dice el escritor– es transmitir una atmósfera histórica del último tercio del siglo XX, pues carece de personajes en común ni continuidad argumental. La primera está inspirada en el asesinato de Rubén Jaramillo, en los años 60, con una trama de thriller policiaco; la segunda, en el terremoto de 85 y en la guerra sucia.

Humor y erotismo

El origen de Xalostoc, indica Pérez Arce, se halla en un compromiso personal: “Yo había hablado de cosas importantes de aquel periodo, fundamental para mi vida y la del país, y cuando escribía Septiembre supe que debía escribir esa novela y que cerraba el ciclo. La escribí para pagar una deuda que tenía conmigo mismo de relatar el último tercio del siglo XX.

Quizá en esta novela, más que en las otras, siempre hay humor igual que erotismo; vas a encontrar muchas relaciones eróticas: el amor y el erotismo son parte de la vida. No se puede hablar del movimiento obrero, de la persecución policiaca sin ponerlo en un contexto de vida. Y el personaje es el que se encarga de introducir ese toque de humor, burlándose de sí mismo muchas veces.

La novela negra, define, tiene como rasgo principal el enfrentamiento, la descripción o el desmenuzar el poder. Los grandes son Chandler y Hammett; y en México quien ha desarrollado con mucho ingenio es Paco Ignacio Taibo II.

El también economista afirma: la historia está emparentada con la novela, pero me asumo como narrador, y así igual narro y analizo temas de historia como hago narrativa de ficción... novelistas e historiadores somos narradores; son trabajos similares que tienen metodologías distintas.

La vivencia se halla en el centro de su escritura. “No se puede escribir de lo que no se conoce con intensidad, con profundidad, con entrañas. Sino de algo de lo que se conoce. De manera directa o indirecta, pero cercana. Yo hablo en alguna de las novelas de la guerrilla, de la guerra sucia. Sé lo que significa eso. No fui guerrillero... pero conocí a gente metida en la lucha armada y entiendo por qué estuvo ahí”.

Xalostoc será comentada por Jesús Anaya, Mariángeles Comesaña, Andrés Ruiz y el autor, este viernes a las 18:30 horas en la librería Octavio Paz (Miguel Ángel de Quevedo 115, Chimalistac). Un día después, Pérez Arce la presentará en la Feria Internacional del Libro en el Zócalo, a las 16 horas.