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Con canciones tradicionales que se tocan tanto en fiestas como en funerales, la cantante oaxaqueña Susana Harp cerró la Feria de las Calacas la noche del viernes 2 de noviembre en el área de jardines del Centro Nacional de las Artes. Con la presentación De jolgorios y velorios, la intérprete reunió a cientos de personas en el foro principal ofreciendo un recorrido musical con temas como El solito, Muerte platícame, Arrullo al revés, Morir en paz y Décimas a la calaca, los cuales están incluidos en el disco que dio nombre al concierto. Como invitación a reír de la vida y de la muerte, Harp puso ritmo con un toque muy mexicano a la feria organizada por Conaculta Niños, Alas y Raíces, en el contexto de la celebración de Día de Muertos. Con una blusa tehuana y una falda morada, Harp también interpretó, acompañada de sus músicos, Zandunga, La chilenita y canciones como Aguamarina, a partir de un poema de Jaime Sabines que aparece en su más reciente disco Aguadiosa. A través de sonidos del itsmo de Tehuantepec, la Costa Chica, sones, poemas y décimas, Susana Harp cautivó a la audiencia con su voz y estilo. Pese al frío en los alrededores del espacio, el público mantuvo buen ánimo durante el concierto.
El viernes cantó en el Zócalo capitalino