Lunes 5 de noviembre de 2012, p. 28
Moscú, 4 de noviembre. Con sus invariables consignas –xenófobas y racistas–, los nacionalistas rusos, en su mayoría jóvenes, salieron a las calles este domingo en las principales ciudades de este país durante la llamada marcha rusa
, que realizan cada año esta fecha.
El 4 de noviembre es aquí feriado, justo en medio de un puente de tres jornadas libres, y se celebra el Día de la Unidad del Pueblo Ruso, con el que las autoridades quieren hacer olvidar la anterior fiesta nacional: el aniversario de la revolución bolchevique de octubre que, conforme al calendario gregoriano, correspondía al 7 de noviembre.
En Moscú desfilaron cerca de 10 mil personas bajo el lema Rusia para los rusos
y, en un mitin final, volcaron todo su odio hacia los migrantes, muchos de ellos trabajadores indocumentados de las antiguas repúblicas soviéticas de Asia central, cuya presencia en la capital rusa les molesta cada vez más.
Antes de que comenzara la marcha, la policía detuvo a 25 manifestantes uniformados al estilo hitleriano, con la cruz gamada nazi, los más radicales que suelen saludar con la mano derecha extendida.
En Ekaterimburgo, en los Urales, el número de detenidos ascendió a 90, casi todos adolescentes, por carecer la marcha de permiso.
En el transcurso de la acción autorizada en Moscú –plena de demandas contra los extranjeros en Rusia– no hubo enfrentamientos ni heridos que lamentar.
Aleksandr Belov, líder del Movimiento contra la Migración Ilegal, y otros oradores lanzaron desde la tribuna del mitin duros ataques contra el presidente Vladimir Putin, que los oyentes acompañaron con gritos de Putin es un ladrón
y Gloria a Rusia
.
Sólo después de concluido el evento los nacionalistas más radicales se dirigieron hacia la explanada frente a la estación del Metro Dostoyevskaya, lugar en que se llevaba a cabo un mitin de jóvenes antifascistas, y se agarraron a golpes con sus adversarios.
La policía calificó la pelea de incidente menor
y arrestó a cinco jóvenes, los más belicosos de ambos bandos.