Arzumanian y Russek presentan la pieza hoy en Radio UNAM
Martes 6 de noviembre de 2012, p. a11
“El ‘ser o no ser’ del arte radica en la dura tarea de inmortalizar el sonido, o bien, de dilatar su agonía”, expresó en entrevista Alejandro Arzumanian, quien junto con Antonio Russek desarrolla el proyecto Austral-Antártico (Sinfonía electroacústica), compuesto por siete movimientos. Su primera entrega, con duración de 20 minutos y cuatro segundos, podrá escucharse hoy a las 19:30 horas, en la Sala Julián Carrillo, en Radio UNAM.
Con esta obra queremos defender esa zona del planeta que está en riesgo por el calentamiento global; somos absolutamente independientes, y nuestra única pretensión es propiciar la preservación del hábitat, el cual, si no se toman medidas adecuadas, desaparecerá en un plazo no mayor de 15 años
, precisó.
El pianista, compositor y escritor de origen argentino también es un investigador que inició su carrera haciendo rock, música armenia (donde tiene orígenes), jazz y fusión. Tiene varias placas que son verdaderos archivos de experimentación y búsqueda sonora.
Antonio Russek es originario de Torreón, Coahuila, y se ha destacado en el campo de la composición por su trabajo en electroacústica. Lleva más de 25 años involucrado profesionalmente en actividades relativas a la producción musical. Como compositor, se ha distinguido por la aplicación de recursos electrónicos. Es creador de música para obras representativas del teatro actual, así como composiciones para danza contemporánea y conciertos, donde queda patente su afán exploratorio y lúdico. El uso desprejuiciado de la tecnología lo ha llevado a experimentar con la generación de campos sonoros virtuales, tanto en instalaciones y esculturas sonoras como en espectáculos interdisciplinarios.
Arzumanian precisó que él y Russek presentarán “en el tablado una serie de improvisaciones respecto de su disco Austral-Antártico. Es probable que Russek nos dé una sorpresa, que lleve y toque un instrumento inventado por él, para improvisar. Este cedé es la primera entrega, provisional, que dura 20 minutos y cuatro segundos, y es el anticipo de lo que será una sinfonía electroacústica de 43 minutos y 50 segundos.
“Así como los músicos clásicos leen su partitura y son incapaces de quitar o poner otra nota, o provocar un cambio o una improvisación, y así como los jazzistas trabajan sobre una armonía establecida para después alcanzar el impro y volver nuevamente a la armonía natural, la construcción musical de Austral-Antártico parte de la improvisación y acaba es un movimiento de características previsibles.”
El tema central del disco es el calentamiento global, con enfoque en el continente antártico, donde se libran batallas entre los elementos sólidos y los líquidos. No hemos caído en el concepto simple de poner música a las imágenes; más bien representamos una intuición de lo que está pasando ahí, lo cual propicia inclinaciones muy fuertes para lograr una ambientación en siete movimientos.
“En los últimos 20 o 30 años, dicho continente ha sufrido profundos daños. En marzo de este 2012, el glaciar Perito Moreno, situado en la Antártida argentina (el continente antático está dividido como propiedad entre varios países), se derrumbó. Los críticos del calentamiento global dicen que el único problema del calentamiento global sucede en el Antártico. Claro, quienes dicen eso son los científicos estadunidenses. Eso que afirman es falso, porque en el continente antártico se registran elementos corrosivos generados por el viento, producto del calentamiento global, por la nuclearización de los experimentos, por la contaminación.
Nuestro disco se hace eco de este problema, no en nombre de un partido político, ni de ninguna organización no gubernamental; tampoco responde a una carta constitucional, sino al deseo de los autores de hacerse conscientes de un problema que no sólo atañe a la Antártida, sino que fastidia a todo el mundo.
La cita es hoy, martes 6 de noviembre, a las 19:30 horas, en la sala Julián Carrillo, en Radio UNAM. Adolfo Prieto 133, colonia Del Valle. Entrada libre, cupo limitado.