Se declaran en vela integrantes de MAIZ, Greenpeace, Semillas de Vida y GEA, entre otras organizaciones
Martes 6 de noviembre de 2012, p. 42
Ante el cierre de la consulta pública sobre las solicitudes de permiso de siembra comercial de maíz transgénico en cerca de un millón de hectáreas de Sinaloa y Tamaulipas, ciudadanos y campesinos con veladoras y pancartas con el mensaje: Monsanto: fuera del maíz mexicano
, acordonaron la sede de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).
Ayer por la tarde integrantes del Consejo Nacional de Organizaciones Campesinas, Movimiento Agrario Indígena Zapatista MAIZ, Greenpeace, Semillas de Vida y Grupo de Estudios Ambientales (GEA), entre otras organizaciones, se declararon en vela por el principal alimento de los mexicanos.
Explicaron que a esta protesta se sumaban alrededor de 24 mil ciudadanos que a través de la página de Greenpeace México expresaron su rechazo al maíz transgénico y pidieron al jefe del Ejecutivo, Felipe Calderón, la protección total e inmediata del maíz nativo.
Además, la cosecha de maíz blanco de Sinaloa es la que consume gran parte de mexicanos, ya que esa producción, junto con la de Chihuahua y Sonora cubre la demanda del mercado interno, dijo Adelita San Vicente, de Semillas de Vida. Explicó que “el maíz blanco es el que preferimos en nuestra mesa los mexicanos y es apreciado en el mercado internacional. Su contaminación por flujo genético de cultivos de maíz amarillo transgénico –cuyo principal uso es el forrajero– sería inminente e irá en detrimento de su calidad. Autorizar la siembra comercial de maíz transgénico en ‘el granero de México’ implicaría un atentado contra nuestra alimentación: no hay país en el mundo que consuma de manera directa transgénicos en su dieta diaria”.
El abogado René Sánchez explicó que los 177 permisos de siembra –para fines experimental y piloto– otorgados por la Secretaría de Medio Ambiente y la Sagarpa han infringido la ley, debido a que el gobierno mexicano pasa por alto acuerdos internacionales suscritos como el Convenio de Diversidad Biológica y el Protocolo de Cartagena, además de que ignora las reformas constitucionales que incluyen el derecho a una alimentación sana y suficiente.
De la Redacción