e por sí, como hemos visto, la dependencia de Europa occidental ha sido alimentador de la crisis, incluso de economías más grandes como las de China e India. Ahora, el promedio de la Unión Europea fue una baja de su producción en cada uno de los dos últimos trimestres.
Si ahora entramos con una dependencia que además crece, como indica la política actual y, sobre todo, la anunciada por el siguiente gobierno, estaremos ante una crisis peor. En 2009, la crisis y la dependencia nos arrastraron a un decrecimiento de menos 6.3 por ciento. Como comparación, países sudamericanos que siguieron políticas más independientes, tuvieron los siguientes resultados en 2009: Brasil, menos 0.3 por ciento, y Argentina, más 0.9 por ciento. Esto, para no hablar de China, más 9.2 por ciento, e India, 6.6 por ciento.
El déficit en el presupuesto llevó a Estados Unidos en octubre pasado, primer mes del año fiscal de 2013, a un aumento de 22 por ciento. El presidente del país vecino dijo que el peligro de la crisis era inminente y planteó una serie de medidas urgentes.
Una medida clave en el planteamiento presidencial es el aumento a los impuestos a los más ricos. Con esto, se reduciría el balance nacional de mil 200 millones a 600 mil millones de dólares. Y con eso mismo se podría reactivar la economía.
Los republicanos, que tienen mayoría en la Cámara de Representantes (diputados), nunca han aceptado una medida como esta, y ahora tampoco lo han hecho. Si no se llega a un acuerdo, la crisis empezaría, según se ha informado, el año próximo.
El riesgo de crisis en Estados Unidos es, pues, importante. Y los del gobierno que supuestamente está por entrar en México siguen con sus medidas que hacen crecer la dependencia, por ejemplo, en Pemex.
La exportación de automóviles y de componentes de estos son de las sensibles a las exportaciones a Estados Unidos. Al reducirse, también lo hará el mercado interno. Y eso es sólo un ejemplo, muy importante para las exportaciones.
La ley de reforma laboral no sólo afecta a numerosos empleados, sino también a la calificación del trabajo, porque la gente se tiene que volver a capacitar en la labor específica. Todo esto reduce también el mercado interno y concentra más el ingreso nacional.
Se anuncia una entrega mayor de Pemex. Ya la actual ha afectado incluso su producción de crudo, ya no hablemos de frenar la construcción de refinerías y las entregas a particulares de plantas petroquímicas.
De una producción de crudo de 3 mil 383 millones de barriles diarios en 2004, cayó, hasta septiembre pasado, a 2 mil 539 millones. Es una caída de 33 por ciento de la producción actual. Todo por la entrega a trasnacionales, sobre todo con el contratismo. Los mejores lugares tienen mínimas inversiones, y en cambio se van dinerales a las zonas totalmente contratadas al extranjero: Chicontepec, Burgos, aguas profundas, etcétera. ¿Qué podemos esperar de más entrega?
Con el principio de la crisis en Europa, nuestro segundo comerciante externo, y el primero, Estados Unidos, de cuyos problemas ya hablamos, la creciente dependencia va a volver a dejar a nuestra economía en el suelo, como sucedió en 2009, pero puede llegar a una mayor escala.
La economía mexicana ya avanza hacia la crisis. En el primer trimestre, la producción avanzó 1.31 por ciento. Poco más del uno por ciento. En el segundo trimestre, ya sólo fue del 0.81 por ciento, ya menos del uno por ciento. Y en el tercer trimestre, ya fue del 0.41 por ciento, menos de la mitad del uno por ciento. En este último período, el avance de la producción fue de casi una tercera parte del que tuvimos en el primer trimestre.
Ni 500 discursos pueden callar esta realidad: La de México, la de Estados Unidos, la de Europa... Las inversiones de Pemex en España, a favor del gobierno derechista de ese país, son a costa de posibles inversiones en México. Y en pocas palabras, la insistencia en seguir privatizando la economía mexicana, va a resultar en una crisis y en una caída de ésta.