Según la OMS, debería ser de 15 por ciento y se acerca a 50 por ciento
Domingo 18 de noviembre de 2012, p. 38
Las operaciones cesáreas únicamente deberían ser una alternativa para 15 por ciento de los partos, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero en México casi la mitad de los embarazos, en promedio, concluyen con una cesárea. Este es un problema de salud pública creciente; en los pasados 12 años esta práctica aumentó 50 por ciento, reveló la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2012.
Mauricio Hernández Avila, director del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), advirtió sobre la importancia de contar con una estrategia que ayude a disminuir el número de este tipo de cirugías, pues además de que representan un riesgo para el bienestar y la vida de las mujeres, representan un gasto excesivo e innecesario en el sistema nacional de salud.
Comentó que la realización de una cesárea implica que otros procedimientos que sí responden a una indicación terapéutica específica tengan que posponerse.
La Ensanut 2012 encontró que entre 2007 y 2012 se registraron 8.4 millones de partos de mujeres adultas, de los cuales casi la mitad (3.87 millones) concluyó con una cesárea. Esto representa más del doble de lo que recomienda la OMS.
De acuerdo con esos lineamientos internacionales, el número de cirugías resolutivas del parto no deberían haber sido más de 1.3 millones.
Los datos de la encuesta indican que de las 3.87 millones de cesáreas efectuadas, poco menos de la mitad (1.74 millones) fueron cirugías programadas y el resto (2.13 millones) se catalogaron como operaciones de emergencia.
Hernández Ávila comentó que para cualquiera de los dos casos, la cantidad de cesáreas no debería rebasar el 15 por ciento. Subrayó que este problema ha ido en aumento desde el año 2000, cuando el promedio de intervenciones fue de 30 por ciento; para 2006 subió a 35 por ciento y en 2012 se ubicó en 46.2 por ciento.
Sin embargo, de acuerdo con especialistas, el promedio esconde
la situación de hospitales privados y algunos públicos, en los que hasta 80 por ciento de los partos se realizan mediante una operación quirúrgica. Las razones son diversas, entre otras, que para los médicos resulta más cómodo
programar una cirugía que esperar el proceso natural del parto, además de que les representa un mayor ingreso económico.
Hasta hace poco, en el sector privado existía una razón de peso para preferir una cesárea, y era que las pólizas de seguros de gastos médicos mayores no cubrían el costo de los partos normales, sino solamente las cirugías. Aunque esto ya ha cambiado, la tendencia de preferir las cirugías se ha mantenido prácticamente igual.
Del otro lado está el convencimiento de las mujeres sobre una supuesta mayor comodidad
de tener una cesárea que un alumbramiento natural y la supuesta supresión de riesgos futuros como la incontinencia urinaria. Hernández Ávila afirmó que no existe evidencia de esta o cualquier otra relación entre los partos normales y enfermedades.
El experto también comentó que las mujeres embarazadas deberían saber que una cirugía entraña riesgos por el uso de anestesia, la eventual necesidad de transfusiones sanguíneas, o posibilidad de adquirir una infección nosocomial. En cualquier caso, apuntó, es probable que deban regresar al hospital por alguna complicación relacionada con la operación.
La Ensanut 2012 también reveló que del total de partos registrados entre 2007 y 2012 en mujeres adultas, en la mayoría (8 millones) las mujeres acudieron a recibir atención prenatal con un médico y también fueron atendidas por un profesional de la salud durante el parto.
Siete millones de embarazadas acudieron a la atención prenatal en el primer trimestre del embarazo. Aunque es un indicador que ha ido aumentando en los pasados 12 años, todavía persiste el reto de garantizar el servicio clínico profesional para 400 mil mujeres, las cuales se encuentran principalmente en las zonas rurales y de mayor marginación del país.