Jueves 22 de noviembre de 2012, p. 41
Ante la denuncia de la muerte de 7 mil tortugas durante el reciente sexenio, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) manifestó que desconoce las causas, aunque en 2012 la mortandad de tortuga amarilla aumentó en 600 por ciento, debido principalmente a la falta de regulación del Consejo Nacional de Pesca sobre las pesquerías, ya que quedan atrapadas y fenecen en las redes, señalaron el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) y Defenders of Wildlife.
Agregaron en un comunicado que la Profepa afirmó que la captura de tortugas por las pesquerías no es la razón principal de la mortandad, con lo cual ignora que el Instituto Nacional de Pesca (Inapesca) reconoció en octubre que las pesquerías capturan altas cantidades de quelonios.
Tan sólo en López Mateos, Baja California Sur, las organizaciones ambientales advirtieron que la captura incidental de tortuga amarilla ha causado la muerte de al menos 7 mil ejemplares en los pasados seis años, aunque es una especie clasificada en peligro de extinción y protegida por la legislación ambiental mexicana.
Agregaron que desde 2005 la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) tiene pendiente el decreto de una zona de refugio para proteger el hábitat de alimentación de la tortuga y tampoco ha regulado la pesca para así evitar el aumento en la mortandad.
Advirtieron que hay una omisión grave de la Profepa y una violación a la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, ya que aun con la evidencia de que la pesca en esa zona es causa de la mortandad de miles de ehemplares, debió entablar procedimientos en contra de quien pone en peligro la preservación de población de tortuga amarilla y debe solicitar estudios de impacto ambiental.