Sobrestimación
de preferencias por el PRI, entre las razones
crisis de credibilidad
Viernes 23 de noviembre de 2012, p. 10
Durante un seminario sobre las encuestas en México, Enrique Berumen, de la firma Berumen y Asociados, sostuvo que la sobrestimación
de las preferencias por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en los comicios de julio pasado ha provocado que las empresas dedicadas a realizar esos sondeos, así como los medios de comunicación que los difundieron, enfrenten una crisis de credibilidad que ha ocasionado el terrible intento de pretender prohibir
dichos ejercicios.
Otros especialistas, como Luis Woldenberg, presidente de la Asociación Mexicana de Agencias de Investigación, y Roy Campos, de Mitovsky, justificaron las variaciones que hubo en los sondeos en relación con los resultados, y las equipararon con los estándares internacionales.
Explicaron que las variaciones fueron resultado, entre otros factores, de que entre 15 y 18 por ciento de los ciudadanos definen su voto el día de la jornada, mientras la inseguridad que prevalece en algunas zonas impidió levantar las encuestas respectivas.
Elogios de Valdés
En la inauguración del seminario, el consejero presidente del Instituto Federal Electoral, Leonardo Valdés, elogió a las empresas encuestadoras, cuyo trabajo calificó de muy profesional, y atribuyó que se hayan convertido en centro del debate al uso político que hicieron los partidos de las encuestas.
De nuevo, Valdés omitió cualquier crítica al polémico papel que las encuestadoras jugaron incluso en el litigio poselectoral.
Paradójicamente, la efectividad y el profesionalismo que caracteriza, en general, a quienes integran el medio demoscópico, los llevó al centro del debate político
, consideró Valdés.
Los propios encuestadores fueron más críticos con su trabajo que el consejero presidente. Berumen mencionó que es pertinente reconocer la crisis de credibilidad que esas empresas y los medios heredaron de los comicios para poder buscar opciones que corrijan lo sucedido.
En otras ocasiones los errores han sido dejados al olvido; en este 2012 las fallas de las encuestas quedaron archivadas en un litigio electoral. Por primera vez en la historia éstas se introdujeron como elemento de impugnación para invalidar la elección presidencial
, agregó Berumen.
A su vez, Javier Alagón, director general de Estadística Aplicada y matemático de la Universidad Nacional Autónoma de México, cuestionó algunas de las metodologías utilizadas, las muestras definidas y los esquemas de muestreo convencionales usados, pues existen variables que deben ser consideradas, como las zonas donde no es posible efectuar esos sondeos debido a la inseguridad.
También es necesario tomar en cuenta que los ciudadanos encuestados normalmente tienden a responder en función del partido en el gobierno entre 8 y 9 por ciento, lo cual sucedió en las entidades donde gobierna el PRI, entre otros factores.
Campos se refirió a la polémica levantada por las encuestas, explicando que las variaciones en los tres procesos electorales pasados han sido similares, sólo que en anteriores comicios no se impugnaron ante el Tribunal Federal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
En 2000, los sondeos daban por ganador al priísta Francisco Labastida Ochoa, y ganó el panista Vicente Fox, quien obviamente no impugnó el papel de las encuestadoras.
En 2006 sucedió lo mismo, porque todo apuntaba al triunfo de la izquierda, con Andrés Manuel López Obrador, pero ganó el panista Felipe Calderón, que tampoco impugnó. En 2012 sí se cuestionó el papel de esas empresas, aunque todas afirmaron que se cerró la ventaja en relación con el arranque del proceso electoral.