Compilación de 35 autores editada por el CNCA y la UV
Lunes 26 de noviembre de 2012, p. 9
Guadalajara, Jal. Sin hablar, se pone de pie, sonríe y abre los brazos para agradecer los aplausos por lo que sí dice con su trabajo intelectual, que continúa más allá de cualquier contratiempo en su salud. Sergio Pitol, al presentar una nutrida recopilación titulada Elogio del cuento polaco –con varias traducciones hechas por él–, sabe que el lenguaje va más allá de las palabras. Y sonríe de nuevo ante el reconocimiento espontáneo.
En el primer día de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, acompañado por su amigo, el editor y crítico literario, Rodolfo Mendoza, con quien realizó la recopilación, Pitol presentó la segunda parte de Antología del cuento polaco, de 1967, pero en esta ocasión amplió el radio con autores del país europeo desde finales del siglo XIX y casi todo el siglo XX, ahora editado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA) y la Universidad Veracruzana (UV).
Polonia es un territorio misterioso y seductor. Hay cierto canto en su aire al que uno no puede resistirse. Quien entra por la puerta grande que es Gombrowicz o Schulz, por ejemplo, está ya ungido para seguir por un camino que nunca abandonará
, dice Pitol, en el prólogo del libro.
a su vez, Mendoza agregó: La literatura polaca es de resistencia en muchos sentidos. En lo social, el gueto de Varsovia fue para los judíos como tratar de salvar su alma, ya no su cuerpo, ya no a ellos mismos, porque después de Auschwitz y todo lo que vivieron en Alemania, era algo así para ellos. También Polonia es un pueblo viajero, que escribe mucho sobre periplos, otro tema que atrae a Sergio
.
El libro es una selección de obras de 35 autores que comienza en la segunda mitad del siglo XIX, con Memorias de un maestro de Poznan, de Henryk Sienkiewicz, premio Nobel de Literatura en 1905, y termina con Daniel Odija, nacido en 1974, con su primera traducción al español del cuento El túnel.
Incluye además relatos de Wladyslaw Stanislaw Reymonta, otro Nobel de Literatura (1924); Witold Gombrowicz, Zofia Nalkowska, Maria Dabrowska y Stanislaw Lem.
Ante decenas de personas reunidas en el salón Agustín Yáñez del recinto ferial, Mendoza afirmó que esta obra compilatoria significa también una muestra del trabajo de vida, traducción y lectura de Pitol.
Dijo que él tiene una especie de cartografía
de las traducciones de Pitol, de los pasos que dio para traer al español obras polacas, rusas, de autores ingleses y recientemente chinos, lo que ha permitido que muchos hispanohablantes conozcan escritores que abren panoramas muy amplios y diferentes.
Según Mendoza, además de reunir auténticas joyas del cuento, el libro permite apreciar a un país cambiante y múltiple, que llega a la mayoría de edad no sin sobresaltos, y que aspira a conocer y a disfrutar de una nueva juventud
.