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En la FIL, la autora Ángeles Mastretta habla en entrevista sobre su novela más reciente

En La emoción de las cosas me expongo, digo: esta soy, no puedo dar más

No pude hacerla en tercera persona, porque cuando la realidad avasalla es más fuerte que tú

Enviada
Periódico La Jornada
Lunes 26 de noviembre de 2012, p. a10

Guadalajara, Jal., 25 de noviembre. “Creo que uno no necesariamente tiene que escribir toda su vida. Puede parar en algún momento. A lo mejor un día lo haría, si me dijeran: ‘elije entre no volver a ver el mar y no volver a escribir’. Es probable que eligiera no escribir con tal de seguir viendo la naturaleza”, dice Ángeles Mastretta, quien vino a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara a presentar su nueva novela La emoción de las cosas, libro narrado en primera persona.

“En un principio quise que La emoción de las cosas fuera una novela que no pareciera autobiográfica, aunque pasara por la vida de mis papás”, continúa en entrevista con este diario. Sin embargo, en algún momento la escritora y periodista se dio cuenta de que no podía contar lo que ahí sucede desde la distancia de la tercera persona. No lo pude hacer, porque cuando las cosas son de verdad, la realidad te avasalla, es más fuerte que tú y que tu invento. Tuve que aceptar que lo escribiría en primera persona y con eso también acepté que quizá será un libro menos comercial, pero tampoco me importa.

En este libro, publicado por Planeta, “tuve el placer de contarme, me dio el placer de contarme y noto que al hablar con la gente que entiende que eso te pase te agradece que te pongas a sus órdenes, porque cuando se acercan a que les firme un libro, ellos saben mucho más de mi que yo de ellos.

La otra cosa es que ellos aprenden cosas de sí mismos, se establece una conversación, y sin duda, si hablo de mis papás, los lectores piensan en los suyos; si hablo de mis hermanos, mi casa, mi infancia, ellos piensan en eso también.

Así, reconoce la parte autobiográfica del ser escritor. “Siempre se está expuesto, siempre se uno pone en las páginas; no es verdad que no. Invento a los Sauri y digo: ‘son mis parientes’; invento a Catalina Ascencio y son las historias que oí de chica, y Catalina es Renato Leduc, esa manera desinhibida de hablar de Catalina se parece más a Renato que a mí. Entonces, claro, estás en tus libros y está lo tuyo elos; pero ahora sí tengo ganas de hacer un libro de ficción, quiero contar una historia, pero no sé bien cuál.

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La escritora Ángeles Mastretta también es autora de la novela Arráncame la vidaFoto Carlos Cisneros

“Ayer apareció una niña que se llamaba Irene, y le dije voy a escribir a alguien con tu nombre, ‘¿y de qué se va a tratar?’, me preguntó. Respondí: ‘no sé’. Quiero hacer un libro de ficción y todos los días se me ocurre uno distinto. Ojalá que alguno de ellos se fragüe.”

Soy un poco menos libre

Arráncame la vida fue su primera novela. Siguieron Ninguna eternidad como la mía, Mal de amores y varios libros de relatos. Después de todos ellos “creo que soy un poco menos libre, la verdad. Quizá soy más libre en tiempo, invierto mucho tiempo en los demás, pero al mismo tiempo, muchas veces, cuando escribo, estoy más indefensa; a lo mejor por eso me expongo y hablo en primera persona, por eso digo: ‘esta soy y esto es lo que tengo, no tengo más, no les puedo dar más’.

“Qué más quisiera que sentarme a escribir una novela e inventar unos personajes y decir: ‘había una vez y colorín colorado’, y no he podido, no acabo de creer a mis nuevos personajes, los tomo y los suelto.

“Soy más vulnerable. Ahora a ver qué pasa, porque siento que con La emoción de las cosas me expuse y al mismo tiempo me deshice de una carga, no mala, pero cuando mi mamá se murió sentí que esa mujer excepcional y su marido tenían que ser contados.”