Pese a caer ante el América en La Bombonera, a los Diablos Rojos lo favoreció el global 3-2
Fue un partido dramático y de alarido, en el que la afición escarlata terminó de pie exigiendo el pitazo final e insultando al árbitro
Las barras se vieron obligadas a desempolvar el sí se puede, sí se puede
Lunes 26 de noviembre de 2012, p. 2
Toluca, Méx., 25 de noviembre. En partido dramático y de alarido, que terminó con la gente de pie insultando al árbitro y reclamando el pitazo final, los Diablos Rojos rescataron el boleto para disputar el título del Apertura 2012, a pesar de haber sufrido su primera derrota del torneo en casa 1-2 ante el América, gracias al global favorable 3-2.
En la cancha, el defensa Diego Novaretti parecía no haberse repuesto del nocaut que significó un choque de cabezas que le abrió el pómulo izquierdo, mientras el silbante expulsó a Juan Carlos Medina, quien respondió con una patada a la enésima falta cometida por el panameño Luis Tejada, que recibió cartón amarillo.
La serie de semifinales tuvo un partido de vuelta de alta tensión, porque el América saltó al terreno de juego con el cuchillo entre los dientes; peleó cada balón con garra y determinación, y sometió a unos irreconocibles choriceros, que se hundieron en el desconcierto sin saber qué hacer ante el vendaval amarillo que los apabullaba.
Enrique Meza se levantó del banquillo aguijoneado por las incesantes descolgadas de los visitantes y hacía señas a sus confundidos mediocampistas.
Lo que al inicio parecía una propuesta desesperada del técnico americanista Miguel Herrera, con la incursión de Rubens Sambueza, Christian Bermúdez y Miguel Layún, comenzó a cobrar sentido para terror de los miles de espectadores escarlatas que enmudecieron ante el inesperado guión que comenzó a escribirse.
Al minuto 14 la zaga local se resquebrajó con una falla que permitió rematar a Raúl Jiménez, quien desaprovechó la gran opción generada tras una disputa de balón por alto que ganó Javier Molina. Luego hubo un centro de Sambueza que Carlos Rodríguez dejó con el pecho de forma temeraria a su portero Alfredo Talavera.
Rubens, en plan estelar y sintiéndose cada vez más cómodo, de nuevo abordó el área enemiga por el carril izquierdo y cedió de taconcito para Layún, quien definió con tiro que entró pegado al poste derecho para 1-0.
Los nervios del Ojitos Meza se reflejaban en sus movimientos sobre el área técnica y sus frecuentes consultas con su auxiliar Eugenio Villazón. Al minuto 25 el timonel mandó a calentar a sus hombres de banca.
El mensaje fue captado por los titulares, que tuvieron un intento de reacción en un disparo de Lucas Silva. No obstante, el portero Moisés Muñoz hizo vistosa atajada para salvar su marco.
Al 37 de acción Paul Aguilar llegó por la derecha y envió un centro que el Rolfi Montenegro conectó con la cabeza para marcar el segundo tanto de la visita.
La acción electrizó al público que azorado observaba las subsecuentes embestidas, entre ellas un tiro del Hobbit Bermúdez que pasó cerca del ángulo superior izquierdo.
Tras el intermedio, el público desempolvó el cántico de viejas batallas. El ¡Sí se puede, sí se puede!
retumbó en los cuatro graderíos, mientras Meza hizo dos cambios simultáneos: ingresó al Pájaro Benítez y a Edy Brambila con la misión de acompañar en el ataque al solitario Tejada.
La fórmula redituó al minuto 60, cuando el paraguayo aprovechó una falla de Layún; fabricó un espacio en el área y envió la pelota a las redes para el 2-1. En adelante, los aficionados mexiquenses hicieron lo suyo con cánticos al grito de ¡diablos, diablos!
e insultos y mentadas dedicadas al Piojo Herrera y a Moisés Muñoz.
El fragor de la batalla apenas daba tiempo al respiro. Sinha, a pesar de estar disminuido, obsequió pinceladas de arte; cuchareó el balón para techar al portero, pero el remate de Brambila se escurrió dramáticamente sin entrar.
Enseguida el Hobbit respondió con un punterazo cercano a la meta. Luego Édgar Dueñas remitió un tiro que zumbó sobre el larguero y Tejada, ante el marco abierto, erró de manera increíble.
Los equipos completaron sus cambios y conforme se acercaba el minuto 90 el estadio cantó a coro: “Otra coooopa, queeeeremos otra copa…”
El alargue se hizo eterno con los últimos embates del América y tras el choque de cabezas en el que Novaretti quedó tirado, inmóvil. Mientras era atendido, el Toluca jugó un par de minutos con 10 hombres y pareció seguir así cuando el jugador volvió al campo aún confuso y estático. Luego ocurrió la expulsión de Medina y llegó el pitazo final.
La afición salió del estadio envalentonada y retadora, sonriente. Algunos confesaron su preferencia por encontrar a los Xolos en la disputa por el cetro, porque es el equipo de Jorge Hank Rohn
, el hijo incómodo de Santiago Tianguistenco, el mexiquense que se exilió en Tijuana.