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Las películas están dirigidas por Iván Löwerberg y Joel Juárez, respectivamente

La castración y Generation Last abren las funciones en el festival de Acapulco
Enviado
Periódico La Jornada
Jueves 29 de noviembre de 2012, p. a10

Acapulco, Gro., 28 de noviembre. Por fin se pudieron ver dos películas en el Festival Internacional de Cine de Acapulc. Una fue La castración, de Iván Löwerberg, y la otra Generation Last, de Joel Juárez.

En orden de importancia, Joel Juárez, director de la ficción apocalíptica Generation Last, cuenta la historia de un grupo de adolescentes sobrevivientes del holocausto mundial en el futuro próximo, valiéndose del elemento tradicional fantástico de los chaneques, cuidadores de la naturaleza que aterrorizan a los niños.

En la charla que sostuvo con La Jornada, Juárez mencionó: Me encantan las tradiciones de Guerrero. Nací aquí y vine a filmar esta película apocalíptica en el paraíso, porque entiendo a toda la gente de estas tierras, su cultura y tradiciones.

Historia sobre chaneques

El director explicó que otra de las razones para realizar la película fue que desde los 10 años vivo en Los Ángeles, una ciudad que cada vez es más vitivinícola, porque esa zona se está volviendo más caliente y se piensa que con el calentamiento global muchos lugares serán más tropicales; entonces, esta película sucede en cualquier lugar, ya sea París, Los Ángeles o México.

Sobre el elemento fantástico y tradicional de los chaneques dijo: “Hace poco buscaba locaciones para otra película que preparo, titulada Bajo el sol de fresas, que se trata del rapto de niños, y en Pie de la Cuesta me preguntaron que a qué clase de rapto me refería, si al de los chaneques. Recordé que mi mamá me contaba de ellos, que jugaban con los niños de manera ruda y en casos extremos los raptaban, pero también eran seres que protegían la naturaleza. Fue entonces que se me ocurrió la idea de que esos personajes, inventados por los dioses, sobrevivirían a un holocausto mundial, como las cucarachas, pero para componer la naturaleza”.

Se preguntó al director si es necesario acabar con el planeta para apreciar que es maravilloso. Juárez dijo: “Tenemos que estar sin algo para extrañarlo; nos tiene que hacer falta para echarlo de menos. Amo mucho la naturaleza. Veo la Tierra como un marciano, me doy cuenta de lo increíbles que somos como seres conscientes que tenemos la fortuna de habitar este paraíso... una de mis películas anteriores se llama Comiendo insectos, y es el resultado de una investigación de dos meses por todo México en los que filmé cómo la gente indígena comía insectos. Al llegar a Michoacán, donde se sentía que los cerros vibraban, me sorprendió cómo un hombre de 80 años, que vivía con su nieto de 15, apreciaba su tierra. Me dijeron: ‘La cuidamos todos los días’. Es poca la gente que valora el lugar donde vive, como aquí en Acapulco, los pobladores casi no vienen al agua. Nos olvidamos de lo que tenemos enfrente”.

Rasgos autobiográficos

Por su parte, Iván Löwerberg, director de La castración, narra la historia de una joven virgen. Lourdes, de 25 años, que no ha dado ni un beso. Está dedicada a cuidar a su padre inválido y a su empleo en una agencia de casting. Cuando la madre ausente hace acto de presencia, cambia su condición de forma radical.

En la charla con los medios, el realizador mencionó: Conforme escribía la historia me fui dando cuenta de que tenía muchos rasgos autobiográficos, porque mi situación familiar es similar, aunque mi padre no es inválido y va al baño solo; sin embargo, el tema y el personaje son muy cercanos. Incluso familiares y amigos que han visto la cinta comentan que me parezco al personaje de Lourdes.

El joven realizador precisó: No quería hacer la historia de mi vida; sin embargo, poco a poco noté los puntos en los que se reflejaba. No me propuse dar un mensaje con esta historia; la escribí y esto fue lo que salió.

Se le preguntó si el personaje femenino funcionaba mejor que uno masculino. Löwerberg respondió: No fue algo pensado; desde un principio imaginé que la protagonista fuera mujer. No quisiera decirlo, pero yo era muy parecido al personaje y viví situaciones parecidas, como hacer favores y dejarme para el último. En este tipo de cosas es con las que más me siento conectado con el personaje; donde más me sentía atrapado socialmente.

Respecto de Victoria Santaella, la protagonista, mencionó: La conocí en la prepatoria. Hice varias funciones de teatro con ella. No quería a una actriz sufrida, sino a una cuya inocencia aportara cierta comicidad, que asumiera su condición como normal, con sus momentos mágicos, y ella es muy buena comediante.