Para contrarrestar la escasez de alimentos se requiere rescatar el campo, opinan líderes
Martes 4 de diciembre de 2012, p. 16
Integrantes de organizaciones indígenas destacaron que mientras el gobierno de Enrique Peña Nieto no entable un diálogo con los representantes de los pueblos, la cruzada nacional contra el hambre es un discurso demagógico y retórico, pues durante los 70 años que gobernó el PRI, abandono, carencia de alimentos y desigualdad no fueron erradicadas de las comunidades indígenas
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Para combatir el hambre se requiere rescatar el campo y terminar con los desequilibrios en ese sector productivo, asentaron Juan Luis Martínez, del Movimiento de Unificación y Lucha Triqui (MULT), y Carlos de Jesús, diputado perredista e integrante del Movimiento Indígena Nacional.
Veo con mucho escepticismo esa cruzada. Su éxito depende de la innovación de las políticas públicas, del cambio en las instituciones y terminar con la visión tecnocrática en la aplicación de los programas gubernamentales
, dijo Carlos de Jesús, también secretario de la Comisión de Asuntos Indígenas en San Lázaro.
Con una economía desastrosa para la mayoría de la población, un campo abandonado y 28 millones de personas en pobreza alimentaria, una cruzada nacional tiene que implicar acercamiento con actores sociales, diálogo y apertura en su participación en la elaboración de las estrategias. Pero hasta la fecha no hay una señal ni mensaje en torno a ello
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Apuntó que representantes indígenas de comunidades del país, identificados con las distintas fuerzas políticas, entregaron al equipo de transición del actual gobierno sus planteamientos de agenda política, entre ellos la urgencia de armonizar las leyes referidas a los pueblos indígenas con los acuerdos internacionales firmados por el gobierno, como el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo; que el presupuesto dirigido al desarrollo de aquéllos y a las comunidades rurales sea realmente transversal y dejen de imponerse candados insalvables para su operación.
La cruzada suena a los añejos programas de solidaridad; el fantasma de retorno al pasado, si no hay cambios en las recetas
, dijo.
Juan Luis Martínez, legislador y miembro del MULT, manifestó su desconfianza: Los indígenas seguimos en resistencia; no esperamos grandes cosas, con los gobiernos de PRI y PAN; continuamos con programas asistencialistas y en el último lugar de crecimiento
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José Valles, de la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas Coordinadora Nacional, expuso que sin diálogo y participación de los indígenas y campesinos en las decisiones de los gobiernos, los programas no cubrirán sus objetivos y se agravarán los problemas.
Sugirió cambios profundos como establecer un procampo transformado, es decir, que los recursos lleguen a quienes realmente los necesitan.