Sencillez vs. glamur
esde que en 2008 acompañaba a su marido en busca del voto de los electores, la señora Michelle Obama dio qué decir entre los especialistas de moda de los principales medios de comunicación del mundo. Y es que la esposa del hoy presidente de Estados Unidos rompió con la tradición de que famosos modistos diseñaran los trajes que usa la ocupante en turno de la Casa Blanca. Antes, para retacar su ropero, las esposas de los presidentes recurrían especialmente a costosos diseñadores euro-peos, como Oscar de la Renta, Ralph Lauren o Carolina Herrera.
Michelle lo hizo con tal éxito que la revista Vanity Fair la eligió la mujer mejor vestida en 2008. Su fórmula: diseños que van con su figura y no están reñidos con la elegancia y la sencillez. Además, adquiere prendas económicas, modelos low cost, comprados por Internet o elaborados por diseñadores de Estados Unidos y poco conocidos internacionalmente, como Michael Kors, Prabal Gurung y Jason Wu. También los hay de origen latino. Por ejemplo, los exitosos cubanos Isabel Toledo y Narciso Rodríguez, o la chilena María Cornejo.
En un país que todavía no sale de la crisis y donde hay por lo menos 30 millones en pobreza extrema, la señora Michelle no dudó en predicar la austeridad con el ejemplo y hasta presentarse en grandes actos con vestidos que ya había utilizado. Como lo hizo en la fiesta para celebrar la relección de su esposo. Michelle ha demostrado que el estilo no es cuestión de poder adquisitivo.
No le faltan críticos. Como Oscar de la Renta, que ha vendido sus trajes a otras ex primeras damas. No te pones un suéter para visitar el Palacio de Buckingham
, afirma De la Renta, refiriéndose al atuendo que se puso Michelle cuando visitó a la reina Isabel II: falda negra, top blanco y suéter negro. Pero esa sencillez republicana, alejada del lacayismo que impone la corona británica, fue precisamente la que destacaron los medios especializados en esa ocasión.
En México algunos medios se ocuparon del vestuario utilizado por el presidente Peña Nieto y su esposa durante la ceremonia de protesta en el Congreso de la Unión. Peña Nieto lució un traje regalado por la marca italiana Ermenegildo Zegna, con costo aproximado de 80 mil pesos. El de su esposa fue uno de Dolce & Gabbana, con precio cercano a los 40 mil pesos. Fue maquillada por Beatriz Cisneros, senior make up artist de la firma canadiense MAC. Su peinado, obra del estilista
Pedro Senen. Se desconoce quién maquilló a Peña Nieto.
Esta columna se pregunta si en México no hay diseñadores a la altura de la nueva pareja presidencial. También pregunta sobre la ropa, el maquillaje y los peinados que utilizarán cuando, en cumplimiento de las promesas de combatir el hambre y la pobreza, se encuentren con millones de mexicanos. Con la prole.