Miércoles 2 de enero de 2013, p. 22
México se convirtió en el primer país en adoptar las nuevas reglas de Capital o Basilea III, que entraron en vigor este martes y que buscan que los bancos eleven su capacidad financiera para afrontar imprevistos sin caer en insolvencia y evitar de esta manera que se repitan casos como el de Lehman Brothers.
Sin embargo, la normatividad ha causado el descontento de algunos miembros de la Asociación de Bancos de México (ABM), en especial de las instituciones bancarias de menor tamaño.
Las reglas, que se publicaron en el Diario Oficial el 28 de noviembre, fijan que los bancos deberán contar con un índice de capitalizacion (Icap) general de 10.5 por ciento y un Tier uno o capital básico de 7.0 por ciento, –que es el capital de mejor calidad y que permitiría a los bancos hacer frente a una eventualidad de manera inmediata.
No obstante, la ABM se encuentra en pláticas con la Secretaría de Hacienda (SHCP) y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) para que se elimine la parte relacionada con los COCO o emisiones subordinadas, o que se difiera, ya que ello obliga a los bancos a listarse y colocar sus acciones en la bolsa.
Posibles amparos
Entre los bancos de mayor actividad en este tipo de emisiones están BBVA Bancomer y Banorte, aunque este último ya cotiza en la bolsa.
El presidente de la ABM, Jaime Ruiz Sacristán, no descarta que algunos bancos presenten algún amparo de manera individual, pues las entidades bancarias de menor tamaño argumentan que acatar esa medida los llevará a limitar su crecimiento, al dirigir más recursos a cumplir con el ICAP, que a otorgar crédito.
Alejandro García, encargado de instituciones de crédito de Fitch Ratings, calificó la medida de positiva y para muchos bancos representará un fondeo más barato en los mercados internacionales
No obstante, advirtió que en el corto plazo algunos bancos podrían limitar el otorgamiento de crédito y con ello retrasar su crecimiento, pero nada que represente un problema de solvencia.
El sistema bancario mexicano se ubica como uno de los más sólidos, rentables y mejor visto a nivel internacional, más aún con la entrada de Basilea III de manera anticipada.
Otros sistemas bancarios en el mundo, como el de Estados Unidos, están pidiendo ampliar el plazo de cumplimiento.