Moscú, 3 de enero. Hubiera sido la broma perfecta, pero este jueves no es día de los Santos Inocentes: el presidente Vladimir Putin, sin ánimo jocoso y más bien en serio, concedió hoy por decreto la ciudadanía rusa a Gerard Depardieu, el actor francés que se indignó por el intento de subir los impuestos a los más ricos en Francia.

Por ello, hace unas semanas, Depardieu anunció el traslado de su residencia fiscal a Néchin, Bélgica, a tan sólo un kilómetro de la frontera francesa, decisión que el primer ministro de Francia, Jean-Marc Ayrault, calificó de lamentable.

El actor reaccionó de modo vehemente y devolvió al gobierno su pasaporte y tarjeta de seguridad social de Francia, agregando para sorpresa de todos que Putin ya le había mandado un pasaporte ruso.

Por supuesto, Putin no envió nada. Eso sí, el 20 de diciembre, en su conferencia de prensa anual, ofreció: si Gerard realmente quiere tener permiso de residencia o pasaporte ruso, puede considerar que el asunto ya está resuelto satisfactoriamente.

El actor afirmó que bajo ningún concepto regresará a Francia, a pesar de que el Consejo Constitucional francés rechazó la subida de impuestos que promovía el presidente François Hollande.

La noticia generó –en este tranquilo día, el tercero de los diez feriados que el gobierno regaló a los rusos para celebrar Año Nuevo y la Navidad ortodoxa– un alud de comentarios irónicos en las redes sociales rusas, al grado que tuvo que hacer una declaración formal el vocero de Putin, Dimitri Peskov.

La concesión de la ciudadanía a Depardieu se debió al gran aporte que ha hecho el actor a la cultura y cinematografías rusas. Ha tenido papeles muy importantes en relevantes proyectos, como el más reciente, en que interpretó a Rasputín en una película que aún no se estrena en Rusia, muy lograda y novedosa, explicó Peskov.

Sin embargo, pocos creen aquí que la cultura de Rusia se va a enriquecer por contar entre sus ciudadanos a una persona que renunció a su patria para no pagar más impuestos.

El director de cine Vladimir Menshov, ganador de un Oscar y que tuvo a Depardieu entre los actores de su película La envidia de los dioses, se preguntó: ¿De qué alegrarnos, de que ahora pagará impuestos en Rusia? Entiendo que se trata de una maniobra para pagar menos impuestos. Es obvio que no es un nuevo patriota de Rusia.

Stanislav Govorujin, otro realizador famoso y ex coordinador general de la campaña de Putin para su tercer periodo presidencial, emitió un juicio aún más duro: Un borracho más. No me gusta hacer reverencias a los extranjeros. Desde luego, es un fraude. Claro que no va a vivir en (la calle de) Marina Roscha. Me da asco hablar de la vida privada de Depardieu.

El actor confirmó su cambio de nacionalidad y dijo que ama a Putin y venera a Rusia y su cultura, informó esta noche la televisión estatal rusa, de acuerdo con la agencia Dpa.