Defensa de las mujeres
n Nueva Delhi, una joven de 23 años fue violada y golpeada salvajemente por cinco hombres en un autobús. Falleció debido a la gravedad de las lesiones en un hospital de alto nivel de Singapur, a donde la trasladaron buscando salvarle la vida. Estudiaba fisioterapia.
Tres semanas antes, otra joven de 17 años se suicidó en el noroeste de India. Tras ser violada por dos hombres en presencia de una mujer que nada hizo por ayudarla, acudió a denunciar ante la policía, que tardó 15 días en abrir una investigación. Lo único que hizo en ese lapso fue presionarla para que llegara a un acuerdo económico con los violadores o se casara con uno de ellos.
Ante el maltrato recibido, la joven decidió difundir un video en el que, desde el humilde lugar donde vivía, narró su caso. Cómo sus violadores la amenazaron con matarla y dañar a su familia si decía algo. La respuesta de las autoridades fue el silencio. Entonces la joven se suicidó ingiriendo veneno. Ahora sí la policía capturó a los violadores y a la mujer que presenció la afrenta. Los agentes que no atendieron a la joven fueron suspendidos en sus cargos.
Gracias a los medios y a las redes sociales que denunciaron el hecho, estalló la indignación pública, que se sumó a otra de muchísima mayor dimensión en rechazo a lo que le ocurrió a la joven universitaria en Delhi. Sus agresores y el chofer del autobús están detenidos y pueden ser condenados a muerte.
En protesta por los dos crímenes, miles de personas se apoderaron de las calles de la capital y las principales ciudades de India pidiendo más protección para mujeres, que la policía atienda las denuncias de las agredidas y penas más severas para violadores.
Autoridades y clase política se mostraron insensibles y reaccionaron tarde a la indignación ciudadana. Las protestas continúan pese a que el primer ministro Manmohan Singh consideró “comprensibles las airadas manifestaciones (tan concurridas como las de 2011 contra la corrupción y que hicieron tambalear su gobierno) y prometió que las emociones del pueblo se canalizarán en una acción constructiva
. Sonia Gandhi, líder del gobernante Partido del Congreso, dijo: esta lucha no será en vano
.
Las violaciones colectivas suceden a diario en India. La mayoría no son denunciadas pues desconfían del sistema judicial y temen el mal trato de los agentes de la policía (todos hombres) ante los cuales acusan a sus agresores.
La paciencia ciudadana por los crímenes contra las mujeres parece haber terminado en India. Ahora le toca cumplir con su deber a las autoridades y los políticos.