San Sebastián, 19 de enero. Nada es eterno. Barcelona perdió en una tarde que parecía imposible. No sólo porque llevaba ventaja de dos goles, sino porque durante gran parte del partido jugó con gracia y finura... como de costumbre. Pero la Real Sociedad sacó lo mejor de su repertorio, con jugadores orgullosos y con sentido de la vergüenza, donde el mexicano Carlos Vela exhibió la calidad que tienen sus botines y contribuyó con el pase del primer gol de la remontada. Los azulgranas perdieron lo invicto ante un equipo que parecía de trámite. Épica de sábado por la noche en la liga española.

El uruguayo Gonzalo Castro, con un doblete (40 y 63 minutos), y Jon Agirretxe (91) fueron los goleadores y héroes de un equipo dirigido por Philippe Montanier que volvió a ganar después de dos partidos.

El Barcelona, que terminó el encuentro con 10 hombres por la expulsión de Gerard Piqué, dejó escapar de manera insólita una ventaja de dos tantos.

Lionel Messi abrió la cuenta para los visitantes (seis minutos) y empató el récord del brasileño Ronaldo de convertir en 10 jornadas de liga consecutivas. Pedro hizo el otro gol (25).

El Barcelona inició el duelo con su ritmo parsimonioso pero arrollador; con el once titular de gala, el equipo azulgrana amenazó la portería del chileno Claudio Bravo.

El primer gol se produjo con un pase de Iniesta al semicírculo, Cesc Fábregas dejó pasar el balón y Messi se perfiló de zurda y acomodó con clase la pelota junto a un palo.

El equipo local no reaccionaba, mientras el Barcelona extendió la diferencia a los 25 minutos con una jugada rápida que culminó con la definición en carrera de Pedro.

Casi al final de la primera mitad, Messi estrelló la pelota por encima de Bravo en uno de los palos y pocos minutos después la Real Sociedad reaccionó movida por el pudor de estar en su propia cancha ante un monstruo: Vela habilitó al Chori Castro y éste fulminó a Valdés con un tiro cruzado junto a un poste. De ahí en adelante la Real se creció.

En el comienzo de la segunda parte se vio posiblemente el momento de mayor desconcierto del Barcelona en toda la liga.

Piqué vio la tarjeta roja a los 55 minutos, por una falta sobre Vela –quien salió de cambio al minuto 84– y tuvo que obligar a Vilanova a apurar el ingreso al campo de Javier Mascherano.

La inferioridad numérica de los azulgranas no hizo más que alimentar el espíritu combativo de los dueños de casa, que encontraron su premio al minuto 63.

Castro volvió a dominar el balón sobre la izquierda, recortó hacia el centro, lanzó un tiro desviado en Mascherano que Valdés no pudo despejar (2-2).

Cuando el partido se moría se produjo la mayor sorpresa en Anoeta: en tiempo de descuento, Carlos Martínez puso un centro impecable al centro del área y Agirretxe se estiró para anotar el gol del triunfo.

Tito Vilanova restó importancia a la primera derrota su equipo en la presente liga, porque algún día tenía que llegar.

En el otro partido, el Granada ganó 2-0 en su estadio al Rayo, con goles de Jordi Amat, en propia puerta (24), y de Recio (80).