ilberto Durán, taurófilo pensante, concluye su réplica al artículo Otra refutación de la tauromaquia, aparecido en La Jornada el 5 de enero pasado, diciendo: “Ilán Semo termina su texto tan mal como lo empezó, esperanzado en que ‘a la coalición de izquierda, si se incluye en ella al PRD (sic estrepitoso que ensordece a muchos), le sería más fácil que antes pasar la iniciativa’ (para prohibir la corridas de toros en el Distrito Federal)”.

“No veo por qué tenga que ser la izquierda (cualquier cosa que signifique) –agrega Durán– la que pase la extraviada iniciativa cuando los toros pueden ser del gusto tanto de diestros como de siniestros. Se supone que el Che Guevara, Fidel Castro y su hermano Raúl son de izquierda. ¿Sabrá Semo que al Che le interesaban los toros y que en pleno régimen franquista asistió a corridas en España? ¿Sabrá Semo que Fidel en su libro de memorias Guerrillero del tiempo, inédito en México, cuenta que el grupo se adaptaba a la ciudad y a sus costumbres, que les encantaban los tacos callejeros y las corridas de toros? ‘A Raúl le gustaba ir y hasta quiso aprender a torear’, recuerda el comandante, quien además calificó a Bush chico de ‘pequeño miura moral’. Pero ya sólo falta que estos enternecidos antitaurinos, además de ver en los toros ‘un ambiente de potencial violencia’, vean en las plazas un ambiente de potencial comunismo.

“Las últimas palabras de Semo son muy desafortunadas al afirmar que ‘sería (la prohibición de los toros) sin duda una contribución a la vida civil de una ciudad que de por sí ya se (ha) esmerado en mostrar que puede bregar en contra de todas las tendencias nacionales’. Chale, profe: ¿de plano bregar en contra de todas, todas, las tendencias nacionales? Por lo visto, para Semo cuanto suceda fuera del DF, sin distinción, es Cuautitlán, es decir, sujeto de ninguneo. ¡Mesianismo y totalitarismo puros!

“Por curiosidad me asomé –advierte Gilberto– al portal de la Universidad Iberoamericana y vi que de Ilán Semo anuncian: ‘estudios: licenciatura, Universidad Humboldt de Berlín. Maestría, Universidad Humboldt de Berlín. Estudios de posgrado: Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM’. Y me pregunto: si la maestría ya es un posgrado, ¿por qué no incluir ésta bajo estudios de posgrado? Y si anuncian que tiene estudios de posgrado en la UNAM, ¿por qué no se menciona si se refieren a una maestría o a un doctorado o a un doctorante? Porque si dejó todo a medias en la UNAM o sólo hizo algún curso, están dando, como en la Plaza México, chivo por toro, información irrelevante o de plano falsa por verdadera”, remata Durán.

Adenda para aludidos. Esta costumbre de negarnos a entender las cosas propias y ajenas, de alimentar verdades a medias y mentiras a diario, se refleja con elocuencia en la fiesta de los toros de México, que a lo largo del siglo pasado tuvo rasgos identitarios de gran relevancia, hasta acusar el ganado de lidia y los toreros expresiones idiosincrásicas que rebasaron la imitación y consiguieron elocuente réplica a los inventores del toreo. El país, con todo y sus crisis recurrentes, tenía entonces una idea más clara de sí mismo, de sus posibilidades de expresión y de su propio rumbo.

Hoy, la miopía de los neoparlamentarios es su proclividad a tomar el rábano por las hojas y a confundir la gimnasia con la magnesia. En lugar de que la inefable Asamblea Legislativa del DF haga que el gobierno capitalino meta en cintura a la autorregulada empresa de la Plaza México y a la alegre delegación Benito Juárez, haciendo cumplir el reglamento, mejor intenta prohibir una secuestrada tradición mexicana con apenas 486 años de existencia. Tan audaces legisladores, ¿tendrán los mismos arrestos para obligar a las autorreguladas televisoras a cumplir con la Ley Federal de Radio y Televisión y en algo disminuir las toneladas de mierda con que a diario idiotizan a la gente? ¿O en eso ni izquierda ni derecha ni tricolores ven ningún ambiente de potencial violencia?

Una aficionada envía por Twitter el siguiente mensaje con motivo del duelo histórico que Julián López sostendrá hoy en la Plaza México con el nuevo consentido de la empresa, Diego Silveti: Maestro Juli, cuando usted era novillero, aquí toreaba novillos; ahora que es figura mundial, aquí sigue toreando novillos. Pero está visto que los inefables taurinos ven la tempestad y no se convencen de la urgente necesidad de reivindicar al toro; mejor se hincan ante la desvergüenza de las figuras. De lujo, pros y antis.