Ricardo Martínez vive en Praga, pero hace unas semanas vino a la ciudad de México porque le detectaron un tumor en el cerebro. Tuvo que ser intervenido quirúrgicamente y salió bien librado.

En noviembre de 2011, a los 25 años de edad, fue el director de orquesta mexicano más joven en debutar en la prestigiada sala de conciertos Carnegie Hall, en Nueva York. En esa ocasión presentó un programa que incluía, entre otras, composiciones de José F. Vásquez (creador de la Orquesta Filarmónica de la UNAM y de la Escuela Nacional de Música). Los solistas bajo la batuta del joven Martínez fueron en esa ocasión Nilko Andreas, guitarrista colombiano, y Angélica de la Riva, soprano brasileña.

Martínez, quien desarrolla su carrera en la República Checa bajo la guía del finlandés Jorma Panula, considerado uno de los mejores profesores de directores de orquesta del mundo, espera que para este año las autoridades culturales de México sean más serias y no le den la vuelta, como en 2012, cuando formó la Sinfonietta Veracruzana, integrada por 25 jóvenes de la Sinfónica de Jalapa y del Instituto Superior de Música. Fueron invitados por el centro Internacional para la paz, así como por el Festival Internacional de Sarajevo –que auspician la Unesco y la Unión Europea–, cuyo invitado especial era México; incluso se dedicó al país el póster oficial del encuentro, que tenía plasmado con un calendario azteca.

Era la primera ocasión para una orquesta mexicana en los Balcanes, adonde llevaría alegría y música de este país a la gente de Bosnia, cuenta a La Jornada el director de orquesta.

Dice que el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA) canceló el apoyo que nos brindaría dos semanas antes de la gira por esos lares de Europa oriental, sin importar que el Festival Internacional de Sarajevo estaba dedicado a México. De todos modos fuimos con la intención de presentarnos ante la gente de Bosnia. Sólo gracias al gobierno de Veracruz, que pagó los boletos del avión, pudimos realizar la minigira y ser la primera agrupación orquestal mexicana en los Balcanes. Ofrecimos tres conciertos: uno en Sarajevo, otro en Tuzla y un tercero para sobrevivientes de la guerra, ancianos olvidados en ese refugio. Desafortunadamente todo esto no se supo en México, relata Martínez.

Agrega: “Era cooperación cultural con México, al que le tocaban los boletos de avión. Fui también a la Secretaría de Relaciones Exteriores, pero no me hicieron caso porque en ese tiempo estaban ocupados en la organización de la reunión del G-20, y siento que nada más me dieron el avión.

Ricardo Martínez es originario de la ciudad de MéxicoFoto Archivo

Por el lado de CNCA, la entonces titular, Consuelo Sáizar, expresó que estaba de acuerdo en que se diera el apoyo, y a la mera hora, dos semanas antes, no le importó. No obstante, el gobierno de Veracruz compró los boletos por ser una orquesta de músicos de allá y fue así como viajamos.

Ricardo Martínez nació en la ciudad de México, donde comenzó sus estudios de violín, con la dirección de Daniel Burgos (concertino de la orquesta de la ópera del Palacio de Bellas Artes). Ingresó al Conservatorio Nacional de Música en México y fue becario de la Sociedad Internacional de Valores de Arte Mexicano, como parte de un prestigioso programa para artistas jóvenes mexicanos. Es participante activo en la Clase Magistral Internacional de Dirección de Orquesta en Berlín, Alemania desde 2010, donde es el único director latinoamericano. Asimismo, ha sido seleccionado en diversas clases magistrales alrededor del mundo bajo la guía de directores como Wolfgang Dörner, Kenneth Kiesler, Michail Jurowski y Vladimir Ponkin.

Una de las inquietudes de Martínez ha sido rescatar la música de compositores olvidados o poco valorados, como es el caso de José F. Vásquez, director de orquesta y compositor, quien fundó de la hoy OFUNAM.

Fue fundamental para mí presentar para la ocasión del Carnegie Hall las composiciones de José F. Vásquez, a quien en México no se le ha dado el debido reconocimiento. Para crear este repertorio contactó al hijo del director, quien vive en España y accedió a prestarle la música.

Agrupación en Bosnia y Herzegovina

Ricardo Martínez, cuya vena creativa también vira hacia la fotografía, en su estadía en la República Checa sintió una cercanía con la cultura de la ex Yugoslavia, por lo que creó alrededor de dos mil fotos de Bosnia sobre esa región y su cultura, (relata que aprendió la lengua bosnia).

El director de orquesta, quien cuenta con un posgrado en gestión cultural y políticas culturales de la Organización de los Estados Americanos (OEA), trabaja en la creación de una orquesta en Bosnia y Herzegovina, que busca impulsar la reconciliación y promover el diálogo entre las ciudades de los Balcanes, como modelo para la paz.

Por lo pronto, seguirá con sus estudios de dirección orquestal en Praga, donde estará unos cinco años más.