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El proyecto es a todas luces inviable y carísimo en términos sociales: Claudia Campero

Pozo profundo no soluciona la crisis de agua, señalan grupos ambientalistas

Demandan aplicar políticas públicas que garanticen la sustentabilidad hídrica de la cuenca

 
Periódico La Jornada
Viernes 25 de enero de 2013, p. 38

El descubrimiento de un pozo a dos kilómetros de profundidad no solucionará la crisis de agua que se vive en la ciudad y sí podría incrementar su desperdicio y el hundimiento de la capital, cuando existen otras soluciones menos onerosas, como la reparación de fugas, advirtieron organizaciones ambientalistas.

De acuerdo con el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACM), 30 por ciento del líquido, equivalente a 16 metros cúbicos por segundo, se pierden por fugas, nivel que se ha mantenido en los pasados diez años, al no estar sistematizada la red de abasto, señaló Arnold Ricalde, de Organika.

La captación de agua de lluvia en 400 mil viviendas susceptibles de hacerlo –no 70 mil, como señalan las autoridades–, su reglamentación en las nuevas edificaciones y dejar de subsidiar 80 por ciento de su consumo para construir esos tanques de almacenamiento son otras soluciones a considerar.

Otras serían establecer un mercado de reciclaje de aguas grises, filtrar agua al subsuelo y respetar el suelo de conservación, donde el gobierno se hace de la vista gorda, por cuestiones clientelares, como ha sucedido en el kilómetro 11.5 de la carretera Picacho-Ajusco, señaló.

Desde hace siete años, comentó, se mantiene una invasión hormiga en una de las zonas de mayor recarga: Los Resumideros, donde se capta un metro cúbico de agua por segundo y ahora se urbanizará del Xitle hasta Tlalpan, cerrando una fuente de agua importante para la ciudad.

El Gobierno del Distrito Federal mandó un mensaje erróneo al decir que habrá agua los próximos cien años porque se encontró un pozo muy profundo, cuando no existe una solución mágica; se vive una crisis hídrica y esa agua tendrá un alto nivel de minerales, haciendo costosa su extracción, afirmó.

Se trata, consideró Claudia Campero, de la Coalición de Organizaciones Mexicanas por el Derecho al Agua, de una solución a todas luces inviable y carísima en términos sociales, ambientales y económicos, cuando es una fuente finita, y las autoridades no apuestan a acciones de mayor impacto, pero menos lucidoras, como arreglar fugas o captar agua de lluvia.

Ante ello, demandaron políticas públicas que se lleven a cabo de manera simultánea para garantizar la sustentabilidad hídrica de la cuenca, que no se reduce a construir un pozo a dos kilómetros de profundidad.